El lenguaje de los Salmos


El Libro de los Salmos, es un hermoso libro, pero la figura del Yahvèh que se nos muestra, aparece como una enorme Sombra que se proyecta y maneja nuestras vidas. A ese Yahvèh, es al que me apetece escribirle mi canto personal.

Yahvèh, no me corrijas en tu cólera
en tu furor no me castigues"
( Libro de los Salmos: 6-2)

A Ti, Yahvèh, te hablo y no me escuchas
Hacia tí dirijo mi mirada y no te encuentro.
Ante Tí, que te muestras judiciario, elevo mi grito;
Paralizada tengo el alma, cuando se llena de tu Culpa

¿Cuántos son mis males, cuáles mis culpas,
Para que mi corazón se encoja por el peso que le abruma?
Vivir en paz conmigo es tan sólo lo que pido,
Tan sólo la sombra de tu sombra se proyecta oscura

No te pedí yo que en esta seca tierra me plantaras
Aunque sé que la belleza, la paz, también existen.
Mis deseos vuelan tras la paz y a veces no me dejas:
Tu mirada me escruta, tu dedo me señala con tu Culpa

He decidido ser el Yahvèh del centro de mí mismo
Establecer mis propios límites,no poner barreras a mis deseos
Quiero hacer un mundo más libre, para que pueda equivocarme
Y admitir mis errores sin que el alma se me inunde.

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