Ya es Navidad... ¡ Desde hace un mes ! (¿no se habían enterado?)

Si no fuera porque los acontecimientos se adelantan, quizás no estuviera escribiendo ahora lo que escribo. Hubiera esperado algo más, habría expresado lo que siento, quizás el 20 o el 22 de este mismo mes, que son fechas de vacaciones y loterías. Es más, hoy, 4 de diciembre de 2005, quizá ya sea un poco tarde el escribirlo. Pero vale más tarde que nunca poder expresar los propios sentimientos, las sensaciones que van brotando al filo de los días.

Sabemos hace tiempo, que las estaciones ya no las marca el calendario, la primavera la marca el Corte Inglés. Para las navidades no hace falta esperar al 25 de diciembre. Turroneros, jugueteros, productores de cava, el mundo de la moda y suplementos, todos ellos “ayuntados”, en común consenso, ponen en marcha su poderosa maquinaria de espumillón , lazos, luminarias y anuncios para avivar un poco más nuestra pulsión consumidora de bienestar, de bienhacer, de biengustar, de bienadquirir.

Toda la artillería pesada de la publicidad, de la seducción, se pone en marcha para estrujar nuestros bolsillos, manejando sutilmente un conjunto de sensaciones que producen en usuarios y consumidores un sentimiento larvado de culpa, si no compran a sus hijas y a sus hijos la pareja “Witch chico-chica” o el “Pack consola PS2 Fernando Alonso”.Los maridos tienen que suavizar los “olvidos” o la falta de atención de 320 días, regalando ese vestido plisado que “estiliza la figura”, o ése de volantes, en tul, que hace a su propietaria “ el centro de todas las miradas”... por no hablar de la chaqueta de piel “studio classic”. Ellas también tratan de firmar las paces, una tregua de unos días, aunque tienen que devanarse un poco más los sesos preguntándose qué le pueden regalar. Porque, dejando de lado el regalo de una corbata, por socorrido, de un libro, porque no lee, de un jersey porque no sabe qué color le gusta, acaba comprando unos pares de calcetines , ¡ah!, y una cámara digital para ver si se aficiona a algo, y deja de ver tantos partidos. Todo el mundo tiene un sin fin de deudas emocionales pendientes, que puede saldar mediante toda esa panoplia de regalos que saltan a las pantallas de la televisión, a las páginas de revistas y periódicos, a las vallas publicitarias, a las emisoras de radio, a las páginas de Internet.

Imposible librarse de los reclamos más acaramelados y reiterativos que explotan los instintos más básicos y las emociones más primitivas: “ Que tu regalo llegue al corazón”, “Ideas que son un regalo”, “Las oportunidades son como el amanecer, si llegas tarde no lo ves” “Ponte en su piel” , “Los juguetes de tus sueños” “L’instant de Guerlin” “Anna es un gusto”, por no decir aquello de “Vuelve, a casa .Vuelve...”, ni hablar de las famosas muñecas de “Famosa”.

Todo esto, dicen, trata de recordar un “suelto” que no salió en ningún periódico de hace 2000 años, como no saldría hoy en ningún rotativo.

Agencia EQUIS:(De nuestro corresponsal)

Una pareja de emigrantes llegó anoche a Madrid. La mujer estaba embarazada y a punto de dar a luz. Dada la aglomeración producida por estas fiestas, no pudieron encontrar albergue en ninguna pensión, ni en ningún asilo . Todos los alojamientos están saturados en estos días.
El marido , dado lo acuciante de la situación, buscó alojamiento en una especie de caseta de obra, en las afueras de Parla. Aprovechó un cajón de herramientas que los obreros habían dejado, colocó su chaquetón para que su mujer pudiera depositar al niño al que acababa de dar a luz.
En la ciudad todo eran villancicos, cavas, besos de verdad y de los de compromiso.