Desde Eritrea a Toledo y otros sitios


NOMBRES DE AYER, HOMBRES DE HOY

Daniel Teklehaimanot 
Esta mañana después de haber echado un vistazo al periódico, de tanta hojarasca o lo que fuere quedose con una de ella. No sabe a ciencia cierta cuál fue el reclamo que le hizo reparar en ello. ¿Sería la foto de un ciclista de color, la máquina que manejaba, el extraño nombre del corredor, Daniel Teklehaimanot  o tal vez el título “El exótico sufridor de la Vuelta?”. Quizá fuera una mezcla de todo.

Sea lo que fuere, porque las elecciones a veces son caprichosas, el Náufrago leyó el artículo y extrajo lo que más le llamó su atención: 'eritreo, primer ciclista negro de la ronda, sufridor de un calvario de cumbres, lastimado en hombro y muñeca derecha y penúltimo ante el chino  Ji Cheng el farolillo de la carrera y esta introducción: “En el Mirador de Ézaro llegó hora y media después de Purito, fue el 173ª clasificado”.

Siguió leyendo y fue conociendo todas sus ‘cumbres, bajadas y caídas íntimas’. Debieron pasar  por su mente cuando en el “En el Cuitu Negru se quería morir tras vomitar como un descosido. Sin un gramo de fuerza, no pudo ducharse en el autobús del Orica Greenedge, esa noche se encerró en la habitación de su hotel y ni siquiera bajó a cenar…”, así lo cuenta el periodista y con la misma fuerza su director, el australiano Neil Stephens, le espoleaba a que siguiera. Hasta el auxiliar lo retrataba: “Daniel es un tipo duro y muy educado, trabaja bien. Es muy exigente consigo mismo” y él mismo cuando cruzó la meta, ‘triunfante’ y sudoroso decía: “Llegar a Cibeles es un éxito para mí». Además no había sido el ‘último’. ¿Por qué siempre admiramos y aplaudimos a los ‘primeros’, si hay personas, quizá aún en sazón, que se sienten orgullosos de haber sabido vencerse a sí mismo y no rendirse? Su verdadero Cuitu Negru' lo lleva él dentro, lo subió y llegó a la meta.

Recuerdos sobre ruedas. DOUCE

Ha sido toda una lección y de paso  el Náufrago pensó cuando él,  con los  nueve o diez  años, de rodillas por tierra o dibujada en un patio, trazaban los circuitos  hechos con las manos, en chapas de botella, con cromos, cristales manualmente redondeados, cera, arillos dorados y su ‘ciclista’ preferido. Recordar a  aquellos primeros ‘corredores’ de nombres aún guardados vivos en  el jardín de los recuerdos y reviven con sus nombres: Berrendero, Delio Rodríguez, Loroño, Bahamontes, Ocaña, Perico Delgado, Melchor Mauri, Indurain… Porque los otros ‘nombres’ son para el Náufrago de otro siglo.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Hay que pararse a pensar. A menudo olvidamos muchos logros que pasan desapercibidos por no detenerse a meditarlos. Demasiado ruido en otros lares más "generadores".

Felices sueños de una nocturna que no puede serlo... (no debiera por los madrugones, jeje).
Douce ha dicho que…
A veces nos fijamos más en lo que nos 'falta' o en lo que no alcanzamos y nos olvidamos de las muchas cosas, pequeñas o grandes, que hemos logrado. Estos tiempos de recortes y de pesimismos no nos dejan ver todo lo que hacemos cada día...

Nunca debemos olvidar los 'sueños', también el físico, por eso agradecemos más estas 'nocturnidades'.

Que el día se muestre benévolo y provechoso

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