Vuelta al mundo en una mañana

... Y NO ENCONTRÓ EL 'NUEVO MUNDO'

Una reflexión de Douce, la Becaria

Où va le monde ?
Michel Berthau 2011

Esta mañana después de haber hechos nuestros deberes hogareños, hechos diversos recados y haber dado el paseo correspondiente… Por cierto, descubrimos que el amigo otoño ya había dejado su sello  y andaban por los suelos las hojas de los plátanos, los abedules, los arces, los sauces y las  hortensias del jardín. Un viento sudoeste, cálido, balanceaba las hojas de las plantas de las terrazas. Visto el panorama regresamos a casa  y el Náufrago ojeó la prensa y desistió de oír la misma serenata. Me miró a mí que ya me había instalado en un rincón del salón y me dijo que iba a dar una vuelta al mundo.

Perpleja le pregunté de qué ‘mundo’ se trataba. En mala hora lo dije porque me soltó un rollo que ya me lo sé de memoria. En estos tiempos el Náufrago dice que necesita salir ‘virtualmente’ de esta isla porque  se le  hace bastante infumable la atmósfera cotidiana que muestran los medios ‘inflamativos’. El pobre, dije para mí, no sabe que el mundo de verdad está en sí mismo o no está en ninguna parte. Es lo que como perra hago a diario porque cada día es ‘nueva’ para mí. Como se insistía le dejé que diera una pequeña vuelta al mundo, por ver si allí no hablaban de rescates, primas,  y ahora para más diversión, también las ‘entidades’ que no sé qué coño es.

Me acomodé en el suelo que estaba fresco y le dejé se evadiera…Estuvo así una hora o más, visitando a Inglaterra, Alemania, Marruecos, Canadá, los EE.UU. y no sé cuantos más. Noté que  no hacía más que ceñir el entrecejo sin encontrar la diversión que buscaba. En vez de ‘primas’ y ‘recortes’, en uno y otro sitio aparecía el Islam, las algarabías, los dibujos, las películas que habían soliviantado a millares de  ‘fieles’.

Al final me mostró lo que había captado y me dio la razón. Me quedo contigo, con tus reposos, tus carantoñas, tus paseos y tus caprichos. Salimos un poco por la tarde y miramos al cielo que parecía otro mundo, grandes espacios  azules,  nubes de diferentes matices  y los plátanos, los arces, y los sauces balanceándose como si saludaran al aire…  

No es la primera vez que el Náufrago necesite evadirse virtualmente de esta isla porque se le  hace  bastante infumable esta atmósfera cotidiana. Darse una mini vuelta por el mundo que  por lo menos   permita respirar otros aires y aunque no sean tampoco muy limpios, por lo menos  no le hablen de primas, de tíos, y vivan con sus problemas,  pero por lo menos saben a qué país pertenecen.

No se da cuenta que su  ‘nuevo mundo’  está en sí mismo, como yo, o no lo encontrará en ningún otro sitio.

Una visita al Mundo

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