De cómo el Náufrago se encontró con la Ópera


            TOSCA
Tosca Teatro Real
El Náufrago nunca ha sido un apasionado de la ópera. Las causas y las posibilidades  pueden haber sido  varias. La primera porque nunca tuvo nada ni nadie que le acercara a ella, podía tratarse también una insuficiencia de sensibilidad musical, o para determinada música. De todas formas todas las ‘ignorancias’ tienen varias raíces. Las causas es lo de menos a estas alturas. De lo que  trata ahora el Náufrago es que una ‘casualidad’ le acercó a ella y algún provecho sacó. En realidad no es que él se acercara a la Ópera, sino que el Teatro Real tuvo la gentileza  de llevársela a casa y ya es algo. De repente se encontró en un Palco Digital T.R. Un regalo ‘en orbyt’.

De esta forma vio la fachada del T.R., la llegada de los melómanos –supongo-, o de aquellos y aquellas que hacen exhibición de sus gustos exquisitos y sus prendas. Vio el aforo completo, la aparición de la Orquesta y al descorrer el telón la aparición de alguien que huye de la prisión y se refugia en una iglesia. Más tarde se fijaría en el decorado, todo el boato de una Iglesia, una especie de altar y en la sombra,  una imagen de la Virgen con su Hijo en su regazo. Por allí pasaban sacristanes sabihondos, pintores, fugitivos…

Antes había visto un trailer donde aparecían coros, danzas, ceremonias,  apariciones de Obispos, diáconos, monaguillos, formando un marco maravilloso de luces, ceremonias y sombras. Todo aquello le sedujo. Vio una parte de la Tosca de Puccini. Seguía no entendiendo demasiado esos diálogos cantados que le seguían pareciendo forzados, pero dónde sí se detuvo y lo oyó varias veces, sonaba así:


E lucevan le stelle,
Ed olezzava la terra,
Stridea l'uscio dell'orto,
E un passo sfiorava la rena...


Lo dejó un poco de lado, con la intención de volver, mientras escogía imágenes  y se dejaba empapar en aquel ámbito  de música, luces, canto, lugares extraños, sentimientos, ambientes y pasiones…

Probablemente, ya sin otras ‘distracciones’, pueda escuchar de nuevo:

¡Y muero desesperado!
¡Y no he amado nunca tanto la vida!
¡Tanto la vida!





Comentarios

María ha dicho que…
Pues verás, JULIO,
yo tuve la suerte de venir al mundo en una casa en la que según nací, me enchufaron al biberón de la ópera, la zarzuela, toodo tipo de música... seguramente me hizo engordar ( de chiquitina era una bolita ;-) más la música que la comida. He visto mucha ópera en el Campoamor, pero jamás en el Real, es mi sueño...un día, no sé cuando, lo cumpliré. Gracias por este anticipo.

Te dejo, la versión en dibus ( si quieres iniciar a algún niño en la ópera, es una forma preciosa, existen montón de fragmentos en LA OPERA IMAGINAIRE


Un besito y muuuy feliz día... lleeeeno de música.
Douce ha dicho que…
Hola, María

Eres afortunada por haber tenido un biberón tan bien surtido. Son esas suertes que nos regala la Vida. Pero esta Señora también es generosa y se presenta cuando menos lo esperas.

Celebro que se haya acercado un poco más , aunque ya había saboreado algunos de sus retazos y seguiré acercándome.

Gracias por las 'cenas' y los 'desayunos' tan bien servidos.

Te deseo un sabroso fin de semana.
Douce ha dicho que…
Post Data

Nada más terminado el comentario, me fijé en lo de "L'OPÉRA IMAGINAIRE", encontré la página de la Universidad de León ('Ópera abierta') y todos sus capítulos: con Etiquetas: G. BIZET, G. VERDI, L´OPERA IMAGINAIRE, R. LEONCAVALLO, VARIOS...

Gracias de nuevo me iré a la Uni...
María ha dicho que…
Mmmmmm me parece que este finde voy a hacer algo con esto... ya que lo has colgado, le sacaré partido a ver si te gusta lo que sale, tú serás el inductor del desastre, si llega:-)



Un besito, buen finde



PD
Me gusta Cohen, sin duda es un grandísimo poeta, lo malo es que a veces es de los que te arrastra con su melancolía, pero gracias también por lo que he escuchado aquí de él.

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