Redjeson
DE REGRESO A LA VIDA
De pronto la tierra tembló y se le vino el mundo encima. Se le hicieron de noche sus dos años. Tan de noche, como a esa edad puede 'anochecer' la vida. Se encontró solo, atrapado entre piedras, ladrillos y trozos de cemento. No podía mover sus tiernas piernas, sujetas por vigas y cascotes. ¿Dónde estaba Claude, su madre, Reginald, su padre, su abuela...? Estaba solo en medio de la noche. Allí pasó 50 horas, sin agua, sin pan, sin los abrazos y la mirada de su madre.
Abría los ojos y sólo veía miedo, destrucción, ruidos y soledades. De pronto oyó gritos, pisadas y alboroto que no entendía. Oía voces extrañas, golpes de picos y martillos que trataban de romper aquel montón de ruina que le apresaba. Después de dos días debajo de los escombros, solo, todo eran oídos y ojos, para tratar de encontrar un hueco de luz.
De pronto se vio en brazos de alguien extraño, con mono fluorescente, casco con linterna, mascarilla y unos ojos que le miraban. En su cara, rasguños de sangre y dos ojos enormes llenos aún de miedo y de asombro. Mientras, se abrazaba con fuerza a los hombros de su salvador que decía palabras extrañas. No sabía dónde estaba, rodeado de gentes que le sonreían y le apretaban contra sí. Aquellos hombres raros, caminaron unos pasos... El hombre del casco, el uniforme, la mascarilla y la linterna le llevó hasta su madre. Fue entonces cuando los ojos de Redjeson se iluminaron, se abrieron enormes, sonrió aún entre el miedo y la alegría. Su madre tendió su mano, le acarició su cara y lo cogió en sus brazos.
No era un sueño, era una cosa cuyo nombre él no conocía: era un ‘milagro’ que nunca en su vida podría olvidar. De nuevo había nacido a la vida, dos años después. Vivo entre tanta muerte
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De pronto la tierra tembló y se le vino el mundo encima. Se le hicieron de noche sus dos años. Tan de noche, como a esa edad puede 'anochecer' la vida. Se encontró solo, atrapado entre piedras, ladrillos y trozos de cemento. No podía mover sus tiernas piernas, sujetas por vigas y cascotes. ¿Dónde estaba Claude, su madre, Reginald, su padre, su abuela...? Estaba solo en medio de la noche. Allí pasó 50 horas, sin agua, sin pan, sin los abrazos y la mirada de su madre.
Abría los ojos y sólo veía miedo, destrucción, ruidos y soledades. De pronto oyó gritos, pisadas y alboroto que no entendía. Oía voces extrañas, golpes de picos y martillos que trataban de romper aquel montón de ruina que le apresaba. Después de dos días debajo de los escombros, solo, todo eran oídos y ojos, para tratar de encontrar un hueco de luz.
De pronto se vio en brazos de alguien extraño, con mono fluorescente, casco con linterna, mascarilla y unos ojos que le miraban. En su cara, rasguños de sangre y dos ojos enormes llenos aún de miedo y de asombro. Mientras, se abrazaba con fuerza a los hombros de su salvador que decía palabras extrañas. No sabía dónde estaba, rodeado de gentes que le sonreían y le apretaban contra sí. Aquellos hombres raros, caminaron unos pasos... El hombre del casco, el uniforme, la mascarilla y la linterna le llevó hasta su madre. Fue entonces cuando los ojos de Redjeson se iluminaron, se abrieron enormes, sonrió aún entre el miedo y la alegría. Su madre tendió su mano, le acarició su cara y lo cogió en sus brazos.
No era un sueño, era una cosa cuyo nombre él no conocía: era un ‘milagro’ que nunca en su vida podría olvidar. De nuevo había nacido a la vida, dos años después. Vivo entre tanta muerte
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Una enorme felicitación a Félix del Amo, a Óscar Vega, que rescataron a Redjeson, a los bomberos de Castilla y León, de Madrid, y a todos los que en hospitales o tiendas de campaña colaboran para ayudar al pueblo haitiano. Será algo que nunca olvidarán.
Comentarios
Me sumo a tu felicitación e imagino la alegría que tendrán!!!
Besos,
Creo que entre tanta desgracia, un hecho como éste nos maravilla, nos alegra, nos consuela un poco.
Sin duda es un 'milagro', una fortuna, entre cientos de miles de muerte. Pero eso, desgraciadamente, es una realidad inamovible.
Disfrutemos de la felicidad de los salvadores y de la familia Hausteen.
Que disfrutes de un buen domingo veraniego
Fui a las 9 de la mañana a la playa (a las 8 reales) y ya estaba llena de gente y el calor no se aguantaba. A las 12 tuvimos que huir.
Iré al cine a la sesión de las 22.25, toda una proeza para mí!! En invierno ni loca! Es que ahora siendo las 17.45 no se aguanta está al sol.
Ojalá que el náufrago se entere de las reflexiones aristotélicas!
En tiempos que parecen ausentes de valores, el dolor producido por el terremoto nos recuerda que somos iguales, tan vulnerables como cualquiera.
Un abrazo
Ro
Un abrazo