Soy un payaso

Mentre preso del delirio
non so più quel che dico
e quel che faccio!
Eppur, è d'uopo... sforzati!
Bah, sei tu forse un uom?
(ride)
Tu sei Pagliaccio!
"Ridi Pagliaccio" (Leoncavallo)

Siempre he sentido ternura por los payasos, sobre todo por el Augusto que trata de hacer reír. Un personaje ‘inocente’ hecho para divertir. Sus gracias son a menudo sus desgracias. Es una mezcla de inocencia y de verdades, por las que siempre recibirá reproches del payaso ‘sabio’, el que todo lo sabe, el ‘políticamente correcto’. Siempre me cayó mal ese sabiondo que no hacía más que poner en evidencia al pobre Augusto, con su roja narizota, sus labios y sus ojos pintados, y su pelo zanahoria.

Me alegraba luego cuando cogía su saxofón o su acordeón y se ponía a tocar. Entonces gozaba con él, ya no veía sus ‘torpezas’ y admiraba aún más su arte. Me alegraba que el final fuera feliz, disfrutaba con él y le envidiaba.

Estos payasos que aparecen en la presentación, no son más que el decorado de unas reflexiones que pueden o no, hacernos pensar. Pero lo importante es este ‘homenaje’ a los payasos. Este humor hecho de desgracias y risas se pierde en los sueños de los siglos, cuando emperadores y reyes necesitaban que algún bufón supiera mostrarles la vida desde el humor de sus bufonadas. Muchas veces cuando el Náufrago hacía tonterías y cariñosamente le llamaban ‘payaso’, lo sentía como un apelativo cariñoso y le gustaba.

payasos

Y de propina este hermoso regalo que nos ha enviado María desde su barco. Es un estupendo anuncio de esos que sabe hacer COCA-COLA. Véanlo, seguro que les gusta. Hasta Douce se ha emocionado. Hoy, que andamos de payasos y ternuras.

- Oye tú, no me metas a mí siempre en estos fregaos, que tú también has sentido un 'puntacito' cuando has visto al niño. ¡So listo!