Mamá, quiero ser periodista

SUEÑOS INFANTILES

Cuando el Náufrago era niño, es decir algo más niño que ahora, soñó con ser periodista. Luego los azares del destino, hicieron que se dedicara a la docencia, y quizá los azares no se equivocaron. Probablemente se ha sentido mejor encima de una tarima, cuando existían, que tecleando en cualquier redacción u oliendo a tinta. Lo curioso es cómo surgió su ‘vocación periodística’. Tendría entonces once o doce años. Un día, el hermano Dámaso, mandó como trabajo a toda la clase escribir un relato, sobre algún hecho que nos hubiera ocurrido o inventado por nosotros. Aquel chaval de doce años, empezó a rebuscar en su imaginación qué historia contaría. No recuerda si lo que escribió fue un hecho real, o se lo inventó. Quizá fuera una mezcla de ambas cosas.

Lo que sí recuerda, es que para aquella historia escribió en su cuaderno cuadriculado de Edelvives con la letra más cuidada que jamás había usado. Era una letra uniforme, pequeñita, que a él le pareció preciosa. Orgulloso de su letra y de su relato, se lo entregó al profesor. Pocos días después, cuando el Hermano repartió los cuadernos se encontró con un 9 en el margen de la hoja. Fue tal la alegría y el orgullo del pequeño ‘escritor’, que se sirvió de aquella letra ‘mágica’ durante bastante tiempo.

Pero no sólo fue la letra lo que siguió cultivando. Con el tiempo, su caligrafía fue adoptando un tamaño más legible. Lo que no perdió fue su afición a escribir. Su 'vocación periodística' la torció el destino, pero no obstante, en todos los centros por los que pasó, se encargó de coordinar la revista del Colegio o del Instituto. Era una especie de necesidad. No le costaba nada, al contrario, era una fuente de satisfacción, cuando, por fin, salía la revista de la fotocopiadora o de la imprenta. Quizá de ese modo satisfizo un poco su frustrada ‘vocación’.

No se arrepiente de haber escogido la profesión a la que la vida le condujo. No creo que hubiera resultado un buen periodista. Se necesitan muchas más cualidades que el simple escribir con mejor o peor arte. Son muy pocos los ‘elegidos’ por las musas para saber ligar forma y contenido, arte, pensamiento, cultura y originalidad. Admiro a esos artistas de la pluma que saben aunar actualidad, arte y oportunidad.

Precisamente ayer leyó dos columnas de sendos periodistas, uno de ellos muy joven, otro, que ha quemado su vida en este mundo proceloso del periodismo, ha conocido todas serie de penurias, luchado en mil trincheras, haciendo todos los oficios, hasta hacerse un nombre, no sé si también un hombre curtido. Precisamente el más joven, empezaba su artículo: “El tango del periodismo”, con esta cita de Alejo Carpentier: “El periodismo es una maravillosa escuela de vida”. El Náufrago escogió la otra ‘escuela', y no se ha arrepentido.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Hola!!

Estoy segura de que también habrías sido un excelente periodista.

Un beso,
Douce ha dicho que…
Gracias, Sylvia, Muy amable.

No estoy yo tan seguro. Las razones no me atrevo a decirlas aquí, en 'blog' alta:-)

De todas formas, me halaga que lo digas. Así mi vanidad se alimenta un poquito. De vez en cuando, no viene mal.

Que termines bien tu domingo electoral.

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