Carta a un Náufrago

DOUCE PONE LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES

Dilecto Náufrago, dos puntos:

Vengo observando de un tiempo a esta parte, que sus entradas, o sus ‘post’, para ser más moderna, no hay gitano que se los salte. Hay que ver qué plúmbeos, qué tristes, qué 'rebuscaos' e infumables resultan. Y ahora, para rematar la faena, nos sale usted con unas reflexiones filosóficas y unos títulos que tiran 'p’atrás', osease, invitan a pasar hoja. “Tiempo de incertidumbre’, lo titula usted. ‘Incierto’ andará usted, porque servidora sabe muy bien por dónde se anda.

A propósito de andar, y no es ninguna indirecta, he de comunicarle, otra vez dilectísimo Náufrago, que tiempo ha, que servidora no ve la mar salada, ni da paseos de tenme que me caigo. Usted puede poner todas las pegas que quiera, buscar toda clase de disculpas y demás pretextos, servidora tiene garantizado en su ‘contrato’, un paseíto o dos semanales por la mar océana. Y los contratos, don Naufragios, están para cumplirlos y no andarse con milongas y pies para que os quiero. Juro por el dios de los canes, o por el Can Cerbero que guarda el Hades, que si no se me resarce la parte de derechos que me corresponden, presentaré mi denuncia al mismísimo letrado, Baltasar Garzón, que depurará las correspondientes responsabilidades.

Si estas exigencias no son satisfechas y, sobre todo, si el tono de esta bitácora continúa relatando desgracias, crisis, apatías, incertidumbres y demás morralla, yo rescindiría mi contrato de 'becaria', porque esta atmósfera se me hace irrespirable. No sé qué espera usted para ponerse a la moda y habla aquí de las desgracias de Belén Esteban y su amiga la del Campanario, los amoríos de Ortega Cano y de Falete, si no nos cuenta si por fin se casa la Duquesa, dónde está Julián Muñoz o si la Pantoja, da o no da el cante. No le pido ya que nos hable de política, porque eso también suena muy fúnebre, pero podría ponerse al tanto y ver qué pasa por la casa del Big Brother, par exemple.

Seguiré esperando una bitácora como corresponde a una ‘becaria’ marchosa y faldicorta. Si pasado cierto tiempo, no veo cambios y sigo permaneciendo semi enclaustrada: tararí que te ví, San Fermín.

Suya, ex-afectísima becaria

Miss Douce Grandson

Comentarios

Entradas populares