“Las cosas del campo”
HABLANDO DE IGNORANCIAS
Uno anda por la vida y no hace falta consultar a ninguna pitonisa para ponerse a la cola del sabio ateniense y descubrir, que al fin y al cabo: ‘sólo sabe que no sabe nada’. Ayer, pudo confirmar la sabiduría de la ignorancia socrática. Leyendo la prensa se encontró con “La frase”, una columnita en la que el profesor José Antonio Marina, va dejando su poso dominicalmente. El título de su ‘Frase' era “Ha muerto el poeta José Antonio Muñoz Rojas”, a punto casi de cumplir cien años. Para su bochorno, el Náufrago no conocía al poeta antequerano.
De todo lo que decía en su glosa obituaria, subrayaba el profesor uno de los libros del poeta de la llamada generación del 36: “ Las cosas del campo” y lo que el filósofo calificaba como ‘estética del zoom’: ‘Una mirada que se fija en los tesoros pequeños, maravillosos y discretos que pasan con facilidad inadvertidos”.
No terminó ahí la bofetada dada a su ignorancia. Paseando por el blog de “El Duende de la radio” (Figuerola-Ferretti) pudo ver que también hacía alusión al poeta y al mismo libro: “En su libro 'Las cosas del campo', escribió precisa y preciosamente todo lo que un alma sensible puede ver y gozar en el campo”. Fue entonces cuando el Náufrago se interesó más y más en conocer lo que no sabía del poeta nonagenario .Descubrió un poema lleno de sencillez y sensibilidad y decidió hacerle este pequeño homenaje.
Ya ha anotado cuál será su próxima lectura. Un urbanita, como el Náufrago, se ha perdido mucha de la sabiduría que nos puede ofrecer el campo, cuando los ojos se nos abren para verlo.
Uno anda por la vida y no hace falta consultar a ninguna pitonisa para ponerse a la cola del sabio ateniense y descubrir, que al fin y al cabo: ‘sólo sabe que no sabe nada’. Ayer, pudo confirmar la sabiduría de la ignorancia socrática. Leyendo la prensa se encontró con “La frase”, una columnita en la que el profesor José Antonio Marina, va dejando su poso dominicalmente. El título de su ‘Frase' era “Ha muerto el poeta José Antonio Muñoz Rojas”, a punto casi de cumplir cien años. Para su bochorno, el Náufrago no conocía al poeta antequerano.De todo lo que decía en su glosa obituaria, subrayaba el profesor uno de los libros del poeta de la llamada generación del 36: “ Las cosas del campo” y lo que el filósofo calificaba como ‘estética del zoom’: ‘Una mirada que se fija en los tesoros pequeños, maravillosos y discretos que pasan con facilidad inadvertidos”.
No terminó ahí la bofetada dada a su ignorancia. Paseando por el blog de “El Duende de la radio” (Figuerola-Ferretti) pudo ver que también hacía alusión al poeta y al mismo libro: “En su libro 'Las cosas del campo', escribió precisa y preciosamente todo lo que un alma sensible puede ver y gozar en el campo”. Fue entonces cuando el Náufrago se interesó más y más en conocer lo que no sabía del poeta nonagenario .Descubrió un poema lleno de sencillez y sensibilidad y decidió hacerle este pequeño homenaje.
Ya ha anotado cuál será su próxima lectura. Un urbanita, como el Náufrago, se ha perdido mucha de la sabiduría que nos puede ofrecer el campo, cuando los ojos se nos abren para verlo.
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