Hoy era sábado...


"Vagabundo"
Desde aquel día los sábados se me han convertido en los  días más tristes de la semana. Han pasado  tres semanas desde  aquel 18 oscuro de Mayo y se me han hecho eternos los días. No quería recordarlo porque intento pensar en mil cosas y estar ocupado todo el día. Tampoco hoy  quería que el sábado fuera gris. No me he quedado en casa  por la mañana. Necesitaba aprender, renovarme por dentro y a pesar de la lluvia salí, cogí el autobús  y visité un lugar frío  que  titulaban: “El Ártico se rompe”, del que te hablaré otro día. Para mí era equivalente  de aquellas playas, montes, parques y todos aquellos lugares que tú aprovechabas para  andar, correr a tu gusto, libre, curiosa, deteniéndote en todos los rincones  donde ‘leías’ los recuerdos de tus amigos. Aquellos sábados y aquellos domingos ‘libres’.

Han pasado tres semanas que han parecido tres meses, porque cada día en casa sin tu presencia física se hacen más lejos, Cuando bajábamos cada día  tres o cuatro veces al jardín, a los alrededores, o íbamos a comprar el pan, el periódico y te encontrabas con los amigos. Anteayer cuando volvía a casa, vi sentado en la acera, solo y  libre como siempre, al ‘Vagabundo’. Él no me reconoció, tan independiente como siempre, pero yo si me acordaba de todas sus visitas  de huelo y marcho.

La leyenda del beso
Su última visita fue la más ‘amorosa’ de los dos, cada uno del otro lado de la reja. Era tú último ‘deseo’ o el de él que quería saltar la valla o hacer esfuerzos de colarse  por debajo y ‘abrazaros’. Te veo de un lado para el otro tratando salir del jardín viva como siempre.

No quería haber escrito estas líneas. Trato de no pensar en estos recuerdos, prefiero dejar sólo lo que sigue vivo porque eso  no se ha ido y espero que dure todo el tiempo, porque me sirves de  otro yo. Es mucho lo que has inoculado para no aprovecharlo.  Mañana o pasado  hablaremos del Ártico que se nos rompe…

Comentarios

María ha dicho que…
No creo que debas sentir en absoluto haber escrito lo que has escrito, seguramente si no fuera por lo que has escrito, ahora mismo estaría ya en la camita y sin embargo, aunque tú ya duermas, DOUCE y yo te estamos haciendo compañía aquí y ¿sabes qué JULIO? cuando un ser forma parte de nuestra vida, es más que natural sentir su añoranza física viendo y viviendo en los mismos lugares donde ella te acompañaba, encontrándote a sus amigos y recordándola con ellos, cómo no JULIO, lo raro sería que no te sucediera y lo precioso es que si te sucede te apetezca escribir sobre ello porque así ella vuelve a vivir en tus letras y yo escribo con ella, para ti... me dice y yo te cuento que recuerdes su filosofía de vida, vivir en el instante, que te vuelvas un poco perro como ella y olvidándonos de nuestra naturaleza humana tan dada a darle vueltas a la cabeza sepas que ella ya siempre va contigo, es imposible que se vaya jamás y quizá, tal vez... no sé a lo mejor a su amigo vagabundo le guste que la próxima vez que te lo encuentres lleves alguna cosa rica de esas cosas que tu sabes le gustan a DULCE y se lo regales de su parte, seguro que si haces eso, tampoco él se olvidará de ti la próxima vez que te vea... todo es como una cadena, da igual si los seres que la componen son personas o animales, cada instante feliz que te regala alguien, es un regalo que estás obligado a regalar a otro y quizá si pensáramos así, la vida sería menos de perro y más perruna...me lo ha dicho todo ella, para ti ;))


Y... que descanses mucho y no olvides contarnos mañana eso de las focas en le ártico que ahora no puedo ver porque se me cierran los ojos de sueño y que muchos Guaus de DOUCE y montones de besos aaah! y si a ratitos se te escapa alguna lágrima no te preocupes, ponen los ojos bonitos... eso dice mi madre ;))


Muaaaaaakkss!! dulces sueños.
Douce ha dicho que…
En absoluto, MARÍA me arrepiento de escribir lo que anoche expresé. Escribir es ‘ex-presarse’, es decir ‘liberar’ lo que tenemos ‘preso’. Lo que no quiero es que estéis en vela a esas horas las dos. Es cierto que aunque siga formando parte de mí, la añoro, verla físicamente, pero es algo que trato de asimilarlo. Sé que cada vez que escribo o leo, ese nombre rebota, y marca dos sensaciones de cariño y también algo que desearía tener.

El ‘vagabundo’, como le llamamos, es un tipo muy singular. Anda por la zona sin amo, pero debe de tener uno y nunca lo hemos visto con él. Siempre me recuerda al perro callejero de Alberto Cortez. Habré oído decenas y decenas veces la canción y ahora mismo la estoy escuchando. Me gusta el cantor, su letra, la guitarra, el perro y hasta el cura:

“Era un callejero con el sol a cuestas
fiel a su destino y a su parecer
sin tener horario para hacer la siesta
ni rendirle cuentas al amanecer
Era nuestro perro y era la ternura,
esa que perdemos cada día más
y era una metáfora de la aventura
que en el diccionario no se puede hallar.
Muchísimas gracias por lo que entre tú, Douce y el callejero me habéis regalado. Pero, ¡por favor! Que vosotras también debéis descansar.

Como agradecimiento subiremos hoy a la Isla la canción. Pero quiero que durmáis, aunque hoy sea domingo.

Con todo nuestro afecto. El de Douce y el mío
María ha dicho que…
No te preocupes por mi sueño, duermo muy poquito siempre y hoy además me he levantado muy tarde, los sábados y domingos, no hay reloj para mi:))

Gracias por esta preciosa canción de Cortéz, no sé si te he contado que era el cantante más querido y admirado por mi padre y mira tú por donde esta era una de sus favoritas y una de las que siempre me hacían llorar.. ahora aun más. La he empezado a escuchar pero he tenido que apagarla porque si no, no vería las teclas para escribirte ¿lo ves? a mi tampoco me importa confesártelo, noes nada raro, soy muy llorona para mi desgracia o no...tampoco me importa decirte que tras más de 8 años sigo extrañándole horrores y a veces... como ahora escucho algo que me lo devuelve, bueno, siempre va conmigo, eso lo sé... pero soy menos fuerte que tú, no podría estar reviviéndolo todo el tiempo... tendría encogido el blog de tanto llorar:))


Muchos besos JULIO...a DOUCE no le digo nada, ella ya sabe.


Feliz semana a partir de mañana.
Campurriana ha dicho que…
Perrita de las camelias...

¡Qué bonitas letras las tuyas y las de María!
Me ha encantado leeros a pesar de la tristeza. Ésta es inevitable y necesaria. Es lógico que echemos de menos a nuestros seres más queridos que, sin duda, siguen con nosotros. Siempre. No se imaginan lo que nos han regalado. Yo creo que no se lo imaginan...

Un abrazo muy fuerte a los cuatro (también al perrito independiente).

Douce ha dicho que…
Intercambiar los sentimientos siempre es algo que nos alimenta por dentro cuando hay tanto frío.

Es natural que lo sintamos pero también sentimos la compañía y compartimos.

Pues abrazaremos a todos, también a "Vagabundo" que a menudo hace su recorrido.

Grcias, Campu, por compartirlo
Lola ha dicho que…
¡Y cómo no la vamos a echar de menos!
No sólo el sábado, también el resto de la semana. Seguramente en tu caso, sea cada segundo. Y será así siempre, pero por suerte el tiempo consigue algo que parece imposible, convertir el dolor en una sensación de paz verdadera. Es entonces cuando la ausencia, el vacío que nos ha dejado el ser querido al que tuvimos que decir adiós, se transforma en una presencia permanente, siempre está ahí y ya no duele.

Hace unos días alguien me sugería que por qué no dormía a Lúa de una vez. Ya es mayorcita, no puedo dejarla sola mucho tiempo y menos marchar de vacaciones, de eso hace ya tres años.

Está claro que la persona que me lo ha dicho no tiene un animal en casa, o tal vez debería decir un ser querido compartiendo su vida. La persona que me lo sugería también es mayor y hace poco tuvo un problema importante de salud. ¿Le parecería bien que alguien le pusiera una inyección y durmiese eternamente?

Miaus cariñosos.

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