Douce cuenta sus decepciones
NO SE
FÍEN DE LOS HOMBRES
Este
titular se refiere a los humanos y muy particular al hombre ‘masculino y
singular’. Trataré de ser breve aunque sea muy amplia mi desilusión. Hace años, y sin que yo pidiera
nada, el Náufrago de esta isla firmó una ‘Declaración de amor’ que nunca le había
pedido. Los animales, en especial los canes, tenemos nuestras ‘leyes’ íntimas
que no quebrantamos: “Nada exigimos, todo lo damos”. Ese documento inacabado
porque auguraba aún más promesas es el siguiente y que él había ya expuesto en
esta Isla, decía lo siguiente:
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Documento firmado por el Náufrago el 12 de enero de 2006 |
Pues
bien si ustedes han tenido la paciencia de leerlo habrán visto lo que confesaba. Yo no necesitaba leerlo,
los perros no tenemos la costumbre de
pedir cuentas, pero eso no obsta para que sintamos el dolor de las mentiras y
si no ‘mentiras’, actitudes que nos extrañan, por no decir nos duelen. Seguiré
tratando de no extenderme porque no me gusta regodearme en lo que me hace daño.
Resulta
que durante esta última semana he notado un cambio en el comportamiento del Náufrago
para conmigo. De repente, cuando salimos a dar un paseo por los alrededores, en
lugar de dejarme suelta porque nuestro entorno está lleno de zonas verdes y a
nadie ‘molestamos’, me sujeta con su correa y no me permite pasear libremente.
No me deja acercar a los perritos, y siempre pregunta a sus amos o amas si es
perro o perra su mascota. Si se trata de los primeros parece un obispo adoctrinando a sus fieles, si es
perra, sin soltar aún la cuerda, me da un poco más de libertad. Siento mi
libertad coartada, apenas me deja que huela mil sitios llenos de mensajes que
él no sabe descifrar y yo sí. Si dejo
los míos aquí y allá, también me vigila. Si yo oteo el horizonte para ver cómo
está el ‘patio’, mira a la vez por si hay ‘moros en la costa’, o perros
(masculinos) en el entorno. Me siento controlada por él que proclamaba la
libertad. ¿Do están aquellas declaraciones
que nadie le pidió?:
“- La quiero, porque a veces es infiel y no me da explicaciones. Y sé que también ella, comprende mis "infidelidades".
- Entiendo sus “infidelidades”, porque sé que siempre vuelve.
- Me gusta que de vez en cuando se vaya con los que quiere, sin pedirme permiso.”
¡Qué pronto olvidan los humanos lo que un día proclamaron! No crean en los
hombres, aunque yo, tonta de mí, en dos días me habré olvidado de todo lo que
he escrito
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