Lunes, 20 :de la biblioteca... (1)

Es lunes, 20 de noviembre. 8:33 h de la mañana. A la biblioteca van llegando como con cuentagotas, uno tras otro, los alumnos rezagados. Algunas caras son ya conocidas, diríase que asiduos fugitivos, a esta hora, de sus clases. Otros, ya mayores, se ve que están preparando un examen. Los apuntes sobre límites , derivadas que hay sobre la mesa delatan qué tipo de prueba están preparando. Al fondo, en un rincón, con los ‘mayores’, 17, 18 años, hay otro que se dedica a algo más poético: las Rimas de Bécquer. En las primeras filas se han colocado los más jóvenes que se pelean con los quebrados, las ecuaciones o el ‘producto de una potencia de la misma base’, o algo parecido. Mis matemáticas se terminaron un día que dije adió a los logaritmos, a los senos (geométricos) y los cosenos geométricos también.

Entre los asiduos visitantes , fieles a la cita, dos que todos los lunes suelen aparecer por allí a esta hora. Uno de ellos rubito, 12 ó13 años con cara angelical, pero tras la que se esconde un pequeño rebelde según informaciones posteriores recibidas. Se diría un pequeño Pierre Morhange de la película “Los niños del coro”. El otro ‘veterano’ de estas lides matutinas también tiene el pelo rubio, corto, y por el libro que escogió, “Los ases del fútbol”, no debe tener gran temor a los exámenes o debe dominar todas las materias.

Hoy serían 12 ó 13 los ‘bibliotecados’. Mientras preparaba mis clases siguientes, de vez en cuando contemplaba aquel panorama. Recordaba que los mayores de hoy, hacía cuatro años, hacían sus pinitos en francés . Hoy se codeaban con no se qué ‘límites y no sé qué derivadas’. Son nuestro reloj implacable. Y esta rueda del tiempo ha dado decenas de vueltas ante mí , sin casi notarlo.

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