¡Que me borren!

¿DE VERDAD PODEMOS LLAMARNOS 'HUMANOS'?

Vaya día que llevo, dirán. Primero que se callen , luego que si se entienden o se tiran los trastos a la cabeza... Se preguntarán, pero este señor ¿vive? Pues sí, a pesar de todo trata de vivir, pero cada día encuentra más razones para darse de baja de la especie llamada humana. Así que estoy buscando dónde se encuentra la oficina en la que uno puede ‘borrarse’ de la lista.

El último detalle, lo vi con mis ojos anoche, mientras cenaba, y les aseguro que me jodió la cena. No le he querido contar nada a Douce porque no quiero que sepa cómo se comportan algunos seres que se llaman ‘humanos’ con sus semejantes.

Quizá , conozcan los hechos y hayan visto esas increíbles imágenes . Un señor panzón, liándose a palos, a barras de hierro o todo lo que encontraba a mano para sacudir su ira , sus frustraciones, que deben ser muchas, contra su perro, atado e indefenso ante tan salvaje paliza. Se te partía el alma a cada ladrido que lanzaba el impotente animal ante aquel individuo, para el que no encuentro nombre en el diccionario que realmente le retrate. El enorme ‘crimen’ que el pobre animal había cometido , según el comentarista, era haberse comido algunas gallinas de la enfurecida fiera que le apaleaba y apaleaba hasta casi un centenar de veces...

Un vecino había grabado tan salvajes imágenes y al parecer el juez había castigado a este salvaje con 6.000 €. No creo que estos actos sin alma puedan ser cuantificados en dinero. La única respuesta que me parece justa es que el actor de tal salvajada sufra en su carnes un castigo del mismo tipo, y que su rolliza espalda sufra en cantidad y calidad los mismos golpes , para que sepa de verdad lo que eso supone y sobre todo si los golpes son dados con la misma rabia, el mismo rencor , la misma furia que él empleó.

Pero no terminan ahí los infaustos hechos. Hoy he vuelto a ver la ampliación de la noticia. En el juicio al que asistían hoy el acusador y el acusado de tal barbarie , este último recibía los aplausos de algunos vecinos que con su actitud , al parecer, se sentían solidarios del maltratador. O sea de alguna forma aprobaban su conducta.

Perdonen, pero acciones como ésta, y por supuesto otras muchas más causadas a seres inocentes e indefensos, las considero suficientes como para sentir unas ganas enormes de pedir la baja de esto que llamamos ‘raza humana’.
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PD.- Buscando más información sobre este salvaje, he encontrado su nombre , el pueblo y los vecinos que le aplauden a la salida del juzgado de Ribeira.

Nombre del criminal: Juan Lado, vecino de Aguiño. Que la gente sepa donde viven bichos como éste.