Con la mochila a cuestas

Ayer, por la mañana cuando me dirigía a clase, observé a tres chavalitos , de unos 11 ó 12 años que, encorvados cual sufridos porteadores ,llevaban todos los saberes a sus espaldas. Dos ideas me vinieron a la cabeza a pesar de ser horas muy tempranas, no aptas para profundas disquisiciones.

La primera, que en unas jornadas a las que había asistido al principio de este mes, a mi me habían dicho que en la escuela del futuro, aunque nadie me supo decir la fecha exacta de ese 'futuro imperfecto ', los chicos y las chicas no necesitarían ir cargados como bestias de carga, con perdón. Un simple 'PC tablet', o sea un pequeño ordenador conuna pequeña pizarra digital incluida, sería bastante para que cupieran infinidad de saberes, y todo ello no pesando más que unos centenares de gramos. Como el futuro corre tan deprisa, las instuticiones-tortuga como la Escuela, tardan muchísimo en alcanzarlo. Tampoco hay que extrañarse porque, según Zenón de Elea, Aquiles, el de los pies rápidos, nunca alcanzaría a la tortuga.

La segunda reflexión sesuda que me vino a la mente era qué llevarían aquellos mozalbetes dentro de esas bolsas enormes que les hacían caminar de aquella encorvada forma. Como en mis tiempos escolares no se estilaban las mochilas - lo mío se quedó en carteras ,y las niñas en 'cavases'- sentían curiosidad por saber que contenían.

Esta mañana al empezar la clase pedí a un alumno, 14 añitos, que hiciera el favor de enseñarme todo lo que un alumno normal puede guardar en un artefacto de esos. La tal mochila constaba de tres departamentos semi estancos. Sin sacarlos, labor que requeriría más tiempo, contó cuatro cuadernos bastantes gordos, tapas duras, de unas 100 hojas cada uno, más cuatro libros de distintos grosores. En el segundo compartimiento, una segunda remesa aproximadamente con el mismo contenido , 4 libros y 3 cuadernos similares a los anteriores. En la especie de bolso exterior yacía su móvil y su plumier con los correspondientes, bolis, rotuladores, gomas, tipex y demás accesorios.

Dicen los estudiosos del tema que estas mochilas que almacenan las pesadillas de los alumnos y alumnas no debería pasar del 10% en relación con su peso escolar. Hay estudios que dicen que el 69% de los escolares superan esta relación estimada como saludable, aunque creo que lo saludable saludable para ellos ya sé yo cuál sería el porcentaje. No hay que ser muy avispados para imaginar que los dolores de espalda observados es superior en la niñas que en los niños (un 14%).

El sesudo estudio hecho como siempre por Comisión de Seguridad de los Consumidores americanos , que debían ocuparse de que sus niños comieran menos hamburguesas, contabilizaba alrededor de 7.000 consultas médicas por dolor de espalda. Ya de paso aproveché para ver algunos ejercicios que me pueden venir bien a mí, no porque me pese la mochila, sino los años, que deben superar el tanto por ciento aconsejable. A ver, trabajen conmigo.

EJERCICIOS:

1. Decúbito supino en el suelo, estirar los ligamentos lumbares llevando una rodilla al pecho, mientras se mantiene, extendida, la otra en el suelo.
2. 'El Puente': Se inicia en posición decúbito supino en el piso, con las rodillas flexionadas y los pies firmemente apoyados, los brazos apuntando hacia los pies, apoyados a ambos lados del cuerpo. Levantar las caderas de la superficie de apoyo, manteniendo los hombros abajo, usando la musculatura abdominal para mantener una línea recta desde las rodillas hasta los hombros. Repetir lentamente.
3. 'El Puente invertido': decúbito prono, con los antebrazos apoyados en el piso y con los codos doblados. Contraer la musculatura abdominal para levantar el torso y muslos desde el suelo, manteniendo la espalda recta. Repetir de dos a tres veces.
4. En decúbito supino, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el piso y los brazos sobre el pecho, levantar el tronco aproximadamente 45 ó 50 grados.
5. Desde la posición de cuadrupedia, extender el brazo derecho y la pierna izquierda, dejando apoyada la mano izquierda y la rodilla derecha.
6. Dejar descansar el cuerpo sobre el plano elevado de una mesa introduciendo las piernas por debajo de esta. Relajar el tronco con la intención de descomprimir la zona paravertebral

Más información : El Trasgo