Orgullo 'estatal'

En el foro de un conocido periodista que ya he citado aquí en otras ocasiones, un visitante asiduo, interrumpió un debate interesante esta mañana para felicitar a la 'Selección Estatal' por su triunfo en Tokio. La expresión me pareció oportuna porque sin saber exactamente el origen territorial (o ¿nacional?) de los que la componen, salvo alguno, el más significado, uno ya duda si debe identificarse con ese triunfo total o parcialmente.

No soy de los que me confunda ciegamente con banderas, equipos y colores, pero quien más quien menos se 'proyecta' en símbolos , en himnos, en la medida que siente que coincide con un grupo de personas que experimentan parecidas emociones. Y la verdad que aunque llegué a emocionarme al ver la gesta de estos hombres, que con fe, coraje, buen juego, formaban un grupo camino de la victoria, sin afán revanchista, simplemente para mostrar que su esfuerzo y habilidad les encumbraban a lo más alto, no sabía si era Selección Nacional o simplemente ‘estatal’.

Por esta necesidad que sentimos todos de reforzar nuestra propia estima viéndonos reflejados, gratuitamente, en un grupo a los que llamamos 'los nuestros' para diferenciarnos de los demás 'otros',uno hace propios sus triunfos y los siente con ellos, o se emociona con ellos. Pero no sé por qué, o más bien si lo sé, reconozco que desde hace un tiempo y no tan cercano no puedo identificar quiénes son 'nuestros' o son de 'otros'. Tanta 'nacionalidad', tantas realidades nacionales, tantas lenguas propias y otra despreciada, tanto signo de querer ser sobre todo una 'cosa' y sólo ésa, me hace difícil vivir en su totalidad este tipo de triunfos.

Dirán que es cosa mía, una sensación que no comparten, lo admito. Hablo tan sólo de lo que yo siento, y los 'sentimientos' tantos los míos, como los que sienten de manera diferente no se pueden cambiar, sólo comprender y admitir, pero compartirlos se me hace más difícil.

Enhorabuena a la Selección Estatal de Baloncesto que se ha proclamado Campeona del Mundo de Baloncesto. Enhorabuena a todos los jugadores y en particular a uno que ha sido su 'alma' por su fe en la victoria, por su técnica, por su coraje que ha sabido transmitir a compañeros y afición. Su figura renqueante ha sido todo un emblema de como se puede ser en buena medida el artífice de una victoria en la que el partido final hay que jugarlo desde la grada.