Un gato en la ventana


Hay veces que el Náufrago ahonda en pensamientos profundos y sale de ahí como gato escaldado. Yo, Douce, la Becaria, le explico que la vida se puede ver muy bien desde ángulos más sencillos y evidentes. Se lo muestro a cada momento, sin hablar ni hacer  filigranas descartianas, se lo demuestro de este modo:

- Mírame bien: ¿Hago yo juegos malabares? ¿Me como el coco para resolver problemas?  ¿Pienso que me pasará mañana? ¿No hago lo que quiero sin levantar la voz? ¿No lo acepto sin torcer el morro si pierdo lo que deseaba…?

- ¡Ché, ché, ché…! ¡Alto ahí! ¿Te he dicho yo algo al respecto? ¿A qué viene ese sermón cardenalicio…?

¿Así que éste es nuestro nuevo vecino...?
Vamos a ver si hay suerte
- Pues,  si digo la verdad, no sé por qué me he adelantado,  pero  como te he visto con el gesto serio de juez  de ‘sobres’ e ‘imputados’, me curé en salud, porque no sabía por dónde ibas a salir y como te conozco, me preveo por si acá. Dígame pues  señor magistrado, qué demonio  de nueva iba usted a decirme. Abreviando, que esto ya se pone pelín pesado.

- Pues mira, querida nigromante, augur, adivina, no es nada de lo que usted temía, Ítem más, era algo que a usted le iba a encantar, y a lo mejor  era  hasta una buena nueva…

- Guau, guauuu, que ya me estoy poniendo nerviosa como usted en ciertos casos.

- Pues simplemente algo que puede favorecerle. Si estuviera por aquí Lúa ya lo habría adivinado. Esta mañana cuando usted descansaba y yo hacía que laboraba, me acerqué a la galería y por la ventana vi a un gato que me miraba atento como saludándome…

- ¡No me digas! ¿Un gato de vecino?

- Pues sí, perra incrédula, “un gato”… ¿o gata? porque hasta ahí no llego. Pues sí, los recientes vecinos  a los que conocíamos por los ladridos con los que nos saluda cuando pasamos por delante de su puerta y que es como una ratina, tiene también un compañero muy educado. Si no nos hubiéramos asomado él y yo a la ventana, habrían pasado  más de veinte días  y no nos habríamos enterado que el minino era convecino. Para que aprendas lo educado que es nuestro voisin.

- Vaya, es una buena noticia.

- No te avisé porque dormías. Cuando  ya despertarte me acerqué  para ver si estaba aún en la ventana y hacer las presentaciones.  Desgraciadamente, Micifuz que es muy educado ya se había recogido.

-Bueno, no está mal que tengamos un minino. A ver si tengo suerte y me encuentro otro “Calcetines”.

- Esperaremos, por lo menos podéis veros desde la ventana si tú no le espantas.

- No empecemos… Yo soy pacífica.

Comentarios

Lúa ha dicho que…
Douce, ten paciencia con nosotros los felinos, somos muy desconfiados. Si eres paciente y amable con tu nuevo vecino, pronto tendrás un amigo.

¡Miaaauu!
Douce ha dicho que…
Lúa,

Os conozco, depende de la circunstancia hasta que tenemos la suerte de saber encontrarnos. Después podemos ser los mejores amigos.

A veces es una cuestión del primer encuentro. Es encontrarse con suerte la primera vez y darnos cuenta que podemos ser los mejores amigos...

Una guauuu amigo, Lúa (Trartaré de no asustarle)

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