Líneas

DOUCE EN EL PAÍS DE LOS ‘CAJONES’ 

PCTCAN:Parque Científico y Tecnológico de Cantabria

Era sábado y la mañana se había vestido de primavera. Yo espiaba las idas y venidas del Náufrago esperando que él no se hubiera olvidado del día de la semana. Lo digo, porque últimamente confunde los sábados con los viernes, o los miércoles con los martes. No sé si son cosas de la edad o tan sólo porque él no se rige por los días del calendario o casi. Bueno, pues eso, como yo sí sé en qué día estamos, observo sus tejes y también los manejes y trato de insinuarle finamente que es sábado… ¿Y qué es el sábado, naufraguete? ¿Acaso se te ha olvidado que es día de asueto y por lo tanto propicio para una escapada? 

Le acompañé a la compra del pan y del periódico. Dimos una breve vuelta por los aledaños y subimos a casa. Esperé que se desayunara pero no notaba síntomas de lo ya dicho. Empecé a dar vueltas por la casa para indicar mis intenciones y por fin vi que cogía sus aperos y los míos y salimos. Cogió el vehículo, rodamos unos mini kilómetros y entró en una de esas grandes tiendas donde venden los ‘cacharros’ que le gustan. Esperé pacientemente en el sitio preferido del cochecito a que terminara sus curiosidades, temiendo lo peor. Lo peor es que volviera a casa con algún ‘caprichito’. Pero no, salimos del parking y vi que escogía el rumbo contrario. 

El rumbo contrario dio a dar con un lugar extraño para mí, porque no parecía muy propicio para una expansión canina como ‘il faut’. Allí donde nos apeamos no había más que unos ‘cajones’ enormes hechos de cristales, placas y metales de formas rarísimas. Nunca había visto tantos bloques cuadrados juntos. En ese lugar misterioso no había ni un alma y por lo tanto ningún amigo mío. Todo era frío, o esa impresión me daban aquellos ‘paquetes’ con nombres rarísimos. Como es de rigor el echó mano de su cámara y se puso a disparar a diestro y siniestro. Buscaba las formas, los reflejos, el silencio de aquellos bloques fríos. A todo esto y en este panorama ¿qué iba a hacer yo?. Pequeños trocitos verdes era lo único que se pareciera a un lugar habitable. Tan solo, tan frígido. Es como si hubiéramos aterrizado en un lugar etéreo. (Bueno, con lo de etéreo no sé lo que quiero expresar) Simplemente quería indicar que a mí me van los bosques, los parques, las playas y, algo menos, los paseos. 

 De todos modos aquello era mejor que nada. Él seguía disparando, cogiendo ‘ángulos’, rótulos, buscando reflejos o transparencias, y yo me revolcaba en cualquier alfombra de césped raquítico. Estaríamos cerca de una hora de un sitio al otro dando vueltas a aquella gran ‘manzana’ inhabitada y no sé si muy habitable para esos señores que, como rezan en un lenguaje ‘metálico’ dice: 

 ¿Qué es PCTCAN? (Ese es su extraño nombre) 

 El Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN) es una herramienta de política industrial orientada a potenciar el desarrollo y el bienestar socio-económico de la Comunidad Autónoma. Por su carácter emblemático, se espera que opere como motor de la cultura científica y tecnológica y el desarrollo de I+D.

- ¿Ustedes se han enterado de algo? Pues yo, NO

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