Cuando Douce se mosquea


Últimamente como Becaria de esta isla ando un poco mosca con el Náufrago. A mí me gusta que me digan las cosas a la cara y no que anden con rodeos. Por lo que mi trufa huele y es muy fina en cuestiones olorosas, todos los ‘paquetes’ que no sabe cómo abordarlos, ¡plás!, va y me los endosa. Si no se atreve a mojarse que lo diga y a lo mejor le echo una mano, pero si trata de embaucarme que no cuente conmigo. Vean, como muestra, el diálogo que me endiñó esta mañana:

EL DIÁLOGO.-

-Náufrago: Buenos días, Douce, mucho madrugas (adulación suave)

- Douce: No sé por qué lo dices. A estas horas suelo venir todos los días a saludarte, minuto más o menos. ¿Qué hacías?

- N: Nada, algo sin importancia, no creo que a ti te interese. (Pequeña puyita para que yo me interese)

- D:¿Puedes decirme lo que es? Luego te diré  si me interesa o no. No te adelantes 

N: Pues para que veas que no te oculto nada. Te diré qué estaba mirando. (Aún no dice de qué se trata

- D:¿Te importa decírmelo? (ataque directo)

- N: Puesto que insistes, te lo diré: estaba mirando una lista de visitantes nocturnos. (Ambigüedad)

- D:¿Te visitan fantasmas, brujas, señoritas nocturnas que yo no conozca…? (Ataque con retranca)

- N: No es nada de eso. En los blogs hay una especie de ‘chivatos’ que te indican más o menos, de dónde vienen los visitantes… (Aún no lo aclara)

Me gustaría ser Uggie (DOUCE)
- D:¿Y esos seres vienen a verte por la noche? (¡Cuánto cuesta que lo diga de una vez! Esperemos a ver si se lanza. Que hable claro)

- N: Mira, ya que te interesas te lo contaré: Cuando en este paralelo, tú y yo estamos durmiendo, otros, están en la  mañana el mediodía, tarde  o noche… Y entonces, por ejemplo los que hablan nuestro idioma, a lo mejor por azar se asoman a la isla. (¿?)

- D:¿Y con eso qué quieres decirme, necesita el 'niño' compañía? (Ataque en sitio sensible)

- N: Te encuentro un pelín socarrona. Te voy a decir la verdad: prefiero que alguien se asome a la isla, aunque sea de chiripa, que esté la isla sola. Quiero decir que algo de lo que tú dices o conversaciones como ésta pueda leerlo otra persona y entonces me siento menos inútil.

- D: ¡Ay, Naufraguín, naufraguín!  ¿Por qué no me lo dices a la primera y confiesas que te halaga que algo de que expongas es leído o pasado por alto? Te alegra un poco que desde México, Argentina, Perú, Guatemala, Venezuela, Chile, Bolivia, Costa Rica… alguien vele ‘nuestro’ sueño y digo ‘nuestro’, porque aquí la que pinta algo soy yo (Esto es para picarle)

- N: ¿Sabes la última sorpresa?

- D: Suéltala ya  y termina, porque ahora, después de enterarme, no me atrae mucho el tema.

- N: Pues lo que más me sorprendía, según el ‘chivato’, es que a las  tres o las cuatro de la mañana haya paisanos nuestros en vela.

- D: ¡Lo que me faltaba oír! Ahora sí te diré a la cara lo que pienso: Eres un metete… ¿Y a ti qué coño te importa lo que hace la gente por la noche o por la mañana? Ahora la que me voy soy yo. ¡Agur!

- N:  (¡Señor, qué carácter!)

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