Un paseo por el jardín

SAFARI FOTOGRÁFICO

Cuando el Náufrago adquirió su (pen)última cámara, el amable vendedor, un antiguo alumno por cierto, le dio unas breves instrucciones sobre cómo manejar la cámara y además le encargó que antes se leyera un librito que gentilmente le ofreció. Luego le dejó la cámara en una posición y le hizo dos recomendaciones: “Primero, lees el libro, luego sacas algunas fotos en la posición que te he indicado y cuando tengas dudas, vienes a consultarme. Este mundo de la fotografía es bastante complejo”.

Esta vez el profesor se convirtió en alumno y procuró seguir las instrucciones que su alumno-profesor le había dado. El libro no ha terminado de leerlo, pero ya va por la página 67. Todo un record. Esta tarde, bajó con Douce al jardín y mientras ella rebuscaba entre las hortensias y el seto que rodea el jardín, el Náufrago trató de seguir algunas de las instrucciones que había leído en el libro. “No fotografíe las fotos desde arriba”, “Fotografíe las flores con el zoom”, “Acérquese de lleno, utilice el macro” “¿Que no puede costearse un macro? ¿Qué tal un accesorio de acercamiento? “¿En qué momento fotografiar las flores?” No espere a que llueva, simúlelo” “Flores sobre fondo negro”… Y más recomendaciones que por supuesto se saltó sin hacer caso.

Prestó atención a lo que pudo, se sentó en el suelo, busco los fondos adecuados… y salió lo que salió. Al fin y al cabo de lo que se trataba sobre todo, era plasmar aquellos ‘momentos’ del jardín que a él la llamaban la atención: el suelo cubierto de margaritas, el caracol en el cáliz de la azucena, los rebrotes del viejo roble recién mutilado, las camelias, los cactus… Mientras, Douce seguía su particular sesión fotográfica de olores.

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