Sueños de náufrago

Un náufrago suele ser un hombre al que un día las circunstancias de la vida le apearon de su barco y a brazada limpia se refugió en una isla, más o menos acogedora. Con el tiempo se fue acomodando y encontró que no se vivía tan mal, lejos del mundanal tráfico.

Llegó a amar su soledad y hacer de ella una fiel amiga y excelente consejera. Es cierto que a veces creía ver las luminarias de los barcos que pasaban cerca de la isla y con ellas viejos sueños que enseguida se deshacían con el humo de los barcos. De vez en cuando las olas dejaban en las arenas de la isla mensajes lanzados por algún niño o por alguien que gustaba de lanzar sus deseos a la mar. El náufrago los leía, pero ya era demasiado tarde. Eran más fuertes el atractivo y la comodidad de su isla.

Es cierto que algunos días en que el sol calentaba demasiado su cabeza volvía a los sueños de antaño, pero la ensoñación no duraba demasiado. Sabía que su patria era su isla y en ella, con dedicación y cariño, se enfrascaba en su trabajo. Entonces una suave serenidad se apoderaba de él, se sentía feliz y bendecía la paz, la brisa, el despego que arrullaban sus atardeceres.

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N.B.- Cualquier parecido de esta 'ensoñación' con la realidad de este Náufrago, es pura coincidencia. Sólo pretendía hacer un comentario a estos dibujos que le había brindado D. Google.