La Nación en estado…

WORDS,WORDS,WORDS...

Lo llaman ‘Estado de la Nación”, como si no supiéramos en el estado calamitoso en que se encuentra. No obstante, hoy, el Parlamento hará honor una vez más a su significado de verdad ‘parla/miento’. No será el Náufrago quien dedique ni un solo minuto de atención a la charlatanería que utilicen los ‘parlamientarios’ que vayan sucediéndose en el estrado. Hay infinidad de tareas mucho más interesantes en que ocupar el tiempo.

El programa es ya sabido. Empezará el primer ‘Charlatán’ tratando de hacernos ver que lo negro es blanco, que la cosa no está tan mal, que no es para alarmarse, que apuntan ‘ramas verdes’ en la arboleda económica. Sacará de la chistera del embauco palomas, pañuelos y conejos y con la experiencia del trilero nos mostrará los dados debajo del cubilete que convenga.

Tras el Charlatán mayor irán saliendo los demás parlanchines poniéndole tibio como es justo y de rigor, aireando sus vergüenzas y tratarán de soltar su discurso ‘ad propriam convenientiam’. Nada nuevo en el escenario. Nadie se siente responsable. Todos barren para casa, nadie escucha a nadie, todos sueltan su rollo. Ni una mano tendida, ni un acuerdo, lo importante es hacer pupa en el adversario y que todo siga como antes.

Mientras esto pasa los de la cámara y la pluma tomarán nota de cuanto ocurre en el ruedo. Las pantallas repetirán hasta la saciedad las faenas más ‘brillantes’, los momentos en que los cuernos rozaron la taleguilla del diestro o del siniestro, las páginas de la prensa desbordarán en comentarios y una vez más, como siempre, no habrá más que palabras, palabras, palabras… ¡Hasta la próxima!

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