Burgos III: Monasterio de las Huelgas

Historia y religiosidad impregnan esta ciudad de Burgos, "caput Castellae", cabeza de Castilla, ahora que parece que todos los pueblos de la península se han puesto a rebuscar su historia, no para proseguirla, continuarla , sino como un camino de retorno, para empezar de nuevo y volver al siglo XII, o al V y por qué no más atrás, hasta encontrar tantas "raíces", y lograr así deshacer el árbol. Pero no sé por qué me voy yo a meter en cuestiones que tan poco me interesan, cuando se trata sobe todo de vivir, no de soñar o inventar vidas pasadas.

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Lo cierto es que visitar estos lugares es conocer un poco de donde venimos, descubrir que somos el fruto de grandes errores y enormes aciertos. Y ahí, adormecidas pero vivas aún, están todas las huellas que dejaron los de antaño, de los que somos herederos, en defectos y virtudes.

De todo eso nos hablaba la simpática guía que, con claridad amena, nos iba descubriendo un poco, imposible resumir casi 1000 años de historia en una hora, los hechos, las leyendas, los lugares y los personajes que llenaron con la historia de sus vidas, estas naves, estos claustros, estas celdas, estas salas capitulares.

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La historia de este monasterio que Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra quisieron que fuera Panteón de Reyes y lugar de acomodado retiro de mujeres pertenecientes a la realeza y a la alta aristocracia. Abadesas de poderes cuasi omnímodos, ni siquiera sometidas a autoridades episcopales, que concedían licencias, administraban justicia, sin más autoridad superior que la del propio papa. Todo en este monasterio respira , además de religiosidad , recogimiento, silencio, riquezas e intrigas reales, muertes misteriosas, sepulcros reales, calaveras agujereadas por inoportunas tejas, en absoluto "teja vana".

Intrigas palaciegas pero también arte y filigrana. Hermosas capillas, barrocos retablos, apacibles claustros , magníficas salas capitulares, elevadas sobre hermosas columnas góticas. Puertas mozárabes, artesonados, tapices, pendones , ricas telas que escaparon al expolio de bárbaros soldados...
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De todo eso gozamos durante aquella hora de visita bien guiada, con comentarios certeros, observaciones oportunas, llaneza castellana , con tonos justos de humor y amenidad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Era una Leonor, pero de Inglaterra, la que quiso todas esas cosas, y supongo que algunas más, con Alfonso III.
Al menos eso era lo que contaba la guía.
Anónimo ha dicho que…
Tienes razón. Leonor de Aquitania, casada con el rey de Inglaterra, Enrique Plantagenet, fue la madre de esta otra Leonor , "Leonor de Inglaterra", como era conocida en España.

Gracias, que rectificar es de sabios.Bueno, es lo que dice el el dicho que yo de "sabio", poco.Mero aprendiz.
Anónimo ha dicho que…
Pues rectifícalo, a ver si asciendes de categoría.
Anónimo ha dicho que…
Ya está el Alfonso octavo con su Uve y 3 Palitos (sin niguna "ambigüedad") Y a Leonor le hemos concecido el honor que merece, que Inglaterra es Inglaterra, y Aquitania, no tá "aquí"
Roberto Iza Valdés ha dicho que…
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