Amor

He continuado leyendo a Roger Garaudy. Como ven , cambio con frecuencia de escenario, de Rogers a Maruri, de Salomón a Garaudy, pero es que , aparte de ir con mi manera de ser el gusto constante por la novedad , por el cambio, a veces las circunstancias se imponen por sí mismas y nos llevan de unas "amistades" a otras. Además , todas tienen algo en común: el interés por el hombre , por la creación, y sobre todo por la realización de sí mismo.

Todo esto , para servir de introducción a este texto sobre el amor de Roger Garaudy, con el que convivo, a ratos, estos días.

"El amor comienza cuando se prefiere al otro y no a sí mismo y cuando se reconoce su diferencia y su impresciptible libertad. Aceptar que en el otro viven otras presencias además de las nuestras, no pretender creerse imprescindibles en sus necesidades y en sus preocupaciones, no significa resignarse a la infidelidad a costa nuestra, es querer, ante todo, como la mayor prueba de amor, que el otro sea fiel a si mismo. Incluso si eso nos hace sufrir, se trata de un sufrimiento fecundo porque nos lleva a desprendernos de nosotros mismos, a vivir intensamente una desposesión enriquecedora: en el seno del abrazo más amoroso, debemos considerar que estamos abrazando a un ser libre, lleno de posibilidades que incluso se nos escapan."

Sentirse capaz de tomar aquello que despierta nuestra envidia larvada, no es señal de verdadero amor, sino de amor propio. Esta comunicación va llena de riesgos, pero las crisis a que da lugar, cuando acaban siendo vencidas, son la condición de un verdadero desprendimiento.

Nada hay más grande que este saber compartir la verdadera personalidad de cada uno. El otro nos interpela cuando nos contraría, e incluso si en el choque nos quebranta, está obligándonos a renunciar a nuestra posesiva cerrazón, llegando a convertirnos en otro yo con su revelación.

Un amor que no es la creación continuada de uno por el otro, hecha al precio de dramáticos desprendimientos, es todo lo contrario del verdadero amor. Nadie es digno de amor si no es capaz de conquistarlo en la batalla de cada día, contra todos los celos esterilizantes que se traducen por el ardor del sexo, por el dolor de las ausencias, por las heridas de la ternura, por la duda acerca del sentido final de nuestro vínculo."
(Roger Garaudy:" Palabra de hombre")

Puede parecer demasiado ideal, demasiado exigente, pero a mi me hace pensar y tratar,, como pueda, acercarme, siquiera un poco, a ese "desprendimiento".Sé que hay personas que han sido capaz de hacerlo.

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