Salamanca: "Ieronimus"

Esta Salamanca, que cada vez que la visito me sorprende con un aspecto nuevo, me ha mostrado esta tarde el interior de "Las torres medievales de sus catedrales"

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"Ieronimus", el Jerónimo del Perigord, capellán del Cid, obispo de la restaurada diócesis salmantina en 1102, me ha mostrado más de 900 años de historia: su mazmorra, del siglo XII, la estancia del carcelero, la Sala del Alcaide , desde cuya ventana geminada la vieja Catedral ofrece una hermosísima perspectiva, y al fondo ese magnífico retablo, libro de arte y doctrina que nunca me cansaré de admirar. Y dicho sea de paso, me sigue gustando esta Catedral "vieja" mucho más que la pretensión y altivez de la Nueva.
En la misma sala, distintos instrumentos musicales renacentistas, libros relacionados con el culto y el famoso "Index", Índice de libros prohibidos", cuya lectura, los celosos guardianes de la Fe, vedaba a los fieles. ¡Qué miedo, Señor, a que la verdad sufra deterioros, qué afán de coartar la libertad del hombre que es la única fuente de saber verdadero!
Y en la Sala de la bóveda de esta torre de 14 campanas, el recuerdo de aquel terrible terremoto que asoló Lisboa en 1755 y que repercutió en gran número de ciudades y pueblos del oeste peninsular. El sunami duró 7 interminales minutos en sucesivas sacudidas. Era un sábado 1º de noviembre ,cuando los fieles reunidos en las iglesias celebraban la festividad de Todos los Santos sintieron temblar los muros del viejo templo, los bloques de piedra de la torre se resquebrajaban.Aún pueden verse los efectos en esta sala donde un documento audiovisual reproduce el temblor de la tierra. Los textos eclesiásticos de la época atribuyen el fenómeno a un castigo de un Dios airado , enfandado, por la perversidad de los hombres. Una vez más las religión con sus incomprendibles "verdades".
Menos mal que desde el andén interior de la catedral, ascendiendo por unas escaleras del siglo XVI, accedemos a un pasillo exterior desde dónde se puede contemplar una de las más hermosas visones que jamás había yo tenido de esta ciudad monumental.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Siempre creo que no me sorprenderé....y siempre me equivoco.
Convendría dar un repaso, letra a letra, añadiendo las que faltan y suprimiendo las que sobran, para que lo entendamos mejor :)
Douce ha dicho que…
Pues yo ya no me sorprendo de nada... porque con las prisas´, un viejo cacharro y un nuevo y caprichoso teclado , ya no sé bien lo que escribo a estas horas de la noche, cuando huele a Plaza mojada y los párpados se me cierran.
He remediado algo, lo que quede, será para otra vez. Si estuviera perfecto nadie se sorprendería... y perdería un poquito de gracia:-)

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