Desde Potosí. Blanca
Aquí estoy, de nuevo, inmersa en la civilización, y nunca mejor dicho, pues escribo ahora de vuelta en este hormiguero que es La Paz, y aún más en domingo, donde todas las calles son un puro tenderete. Hasta la calle de nuestro hotel está cortada y una multitud de puestos multicolores inundan el centro de la calle: frutas, verduras, especias, chucherías...atendidos sobre todo por cholitas, con su indumentaria típica y sus bombines. Toda una escena.
Bueno, hacía tiempo que no contaba nuestras andanzas, si no recuerdo mal, desde Potosí, ciudad que,por cierto, me ha gustado mucho, tiene vida y personalidad. Fuimos un día a visitar Cerro Alto y sus minas.Y fue toda una aventura. Primero fuimos al barrio minero a comprar unos regalos para los mineros que íbamos a ver en la mina, según nos indicaba una acompañante que era lo correcto, y compramos en una tienda cartuchos de dinamita (sí, sí, sin problemas), alcohol que toman ellos de 90º (no, no me he confundido, es el que tenéis todos en el botiquín) y unos refrescos. También llevábamos cosas para sus niños. Luego fuimos al mercado a comprar hojas de coca y allí ya vimos a los primeros mineros. Mucho tiempo antes de entrar a la mina se preparan masticando hojas de coca, que llevan en una inmensa bola en el carrilo durante todo el día, y bebiendo el alcohol, Cuando todo ello empieza a hacer efecto, van a trabajar, Unos trabajan para alguna compañia privada y otros en cooperativa, pero no sacan mucho (apenas queda plata, por cierto). Luego fuimos a una casa y nos pusimos un mono, botas, casco y linterna y nos fuimos a la mina. No fue visitar un simulacro de mina, fue entrar en una mina de verdad, en la que se trabaja como hace siglos, con pico y cincel, se recoge todo a pala y carretilla, se explosiona la dinamita... en fin, verlo para creerlo. Y allí estuvimos tres horas, recoorriendo túneles, hablando con los mineros... impresionante, no salen ni para comer, se mantienen a base del alcohol y de mascar coca. Por último, los aguerridos Paco, Marcos, Maica y yo bajamos un nivel más (bastante agobiante) a donde trabajan con maza y cincel, por un túnel estrecho que nos costó esfuerzo subirlo y bajarlo, pero mereció la pena, la verdad. Todo ello fue muy interesante.
De Potosí nos fuimos a Uyuni, no sin incidentes, pues la movilidad que nos mandaron era pequeña y la mitad tuvimos que ir en el coche de línea, que es un buen medio para ver ( y oler) el ambiente. En Uyuni tuvimos hotel con ducha caliente y no estaba del todo mal, así que disfrutamos, por fin, de una ducha, placer que no se ha repetido hasta hoy ( y ya han pasado 6 dias). La temperatura bajó por la noche, dicen que hasta -20º.
Al día siguiente empezamos nuestro periplo por los salares y lagunas del sur. Es todo una maravilla de la naturaleza, parece increíble tanta belleza. El Salar de Uyuni tiene 12000 km, impresionante, luego vimos algún otro, pero más pequeño. Pero lo mejor es que vas contúnuamente entre volcanes, por lo que el paisaje es sienpre sobrecogedor. Sólo vimos uno activo, que tenía alguna fumarola. Estuvimos otro día viendo géiseres y lava borboteante que salía de la tierra y que daba bastante impresión. Hemos recorrido distintas lagunas que tienen cada una el nombre del color que determinadas algas le dan a sus aguas, y así hemos estado en las Lagunas Blanca, Verde y Colorada. También visitamos la Laguna Hedionda (ya imaginaréis por qué), con agua sulfurosa, en la que había flamencos y alguna otra ave. Preciosos los flamencos.
Lo malo de todo esto ha sido el frio, que no os lo puedo describir con palabras, hay que sentirlo, chicos. Haceros a la idea de que hemos cenado ( afortunadamente todos los días sopa) con camiseta polar, camisa polar, jersey de lana de llama, forro polar, polainas polares, pantalón de forro, dobles calcetines y encima de todo un plumas inmenso; con gorro, dos bufandas y guantes. Sí,sí, reiros, pero nos queríamos meter en el saco de dormir con todo ello también, pues la temperatura por la noche dicen que bajaba a los -25º (seguro que exageran). En fin, para remate el último día hubo tanto viento que levantaba una cantidad de polvo que creo que aún no nos hemos sacudido de encima.
Lo bueno ha sido que teníamos un billete para hacer la vuelta a La Paz en tren nocturno en primera clase y ya se frotaban éstos inocentes las manos pensando en la calefacción (yo no lo creería hasta no verla, pues esa palabra está descartada de su diccionario) y teníais que ver el panorama en el vagón: todos metidos en los sacos de dormir, con gorro, bufanda y guantes puestos y el revisor repartiendo mantas. Ha sidos de foto (que se ha hecho, claro).
En fin, esto ha sido a grandes rasgos esta semana, aunque os podréis imaginar la cantidad de cosas que vemos y de anécdotas que nos están pasando. Ya os aburriré en otro momento.
Espero que estéis todos igual de guapos que cuando os dejé. Cuidaros mucho.Besos
BLANCA
Comentarios
Me alegra mucho que os estéis nutriendo de tanta vivencia interesante, que por lo que presiento os va a quedar muy grabado, como para poder recordarlo durante muchísimo tiempo.
Ya le he dicho a Javi, que como no se espabile le comes la tostada y se queda sin puesto para el próximo año.
Como vuestras crónicas me parecen muy aleccionadoras e interesantes me he permitido sacarlas a la luz pública de Internet, para enseñanza y disfrute de la gente que pueda visitar ese sitio, y de paso las releo yo de vez en cuando.
Seguid disfrutando, cabrones. Recuerdos a todos y gracias a tí por comunicarnos tan bien vuestras vivencias.
Besos y abrazos cálidos por si seguís pasando fríos