Muerte, mezquindad, elegancia

No lo puedo evitar. Estos días no deja de revolotear en mi cabeza la sombría imagen de la muerte. La muerte como ‘obligación’ ineluctable, la muerte como camino hacia la nada, la muerte como lugar de cita de quienes nos quisieron, un poco, mucho, casi nada. La muerte como cita también de los ‘ausentes’. La muerte como escaparate de la falta de elegancia. La muerte como barrera infranqueable para los rencorosos, los resentidos, los intransigentes democráticos. La muerte como ocasión para el más frío de los desprecios. Ni la Nada que ya no puede escribir, merece siquiera una prueba de altura de miras, olvido de mezquindades. Me invade una tristeza fría al sentir que hasta la muerte es capaz de dividirnos en dos bandos y nos impide saltar de las trincheras.

Más allá de las metáforas, describo los hechos, tal como un Náufrago puede no entender lo que está viendo, o no ve. Leo en un periódico digital, no lo voy a mencionar, doy por sabido a qué medio me refiero: “Incineran los restos mortales del escritor Francisco Umbral”. Hay fotos de la ceremonia, hay nombres de los personajes que acudieron, familiares, amigos, escritores, periodistas, políticos, simples lectores. Leo nombres concretos y veo una frase subrayada: “Ningún miembro del Gobierno acudió a la ceremonia de incineración.”

- Reflexión. De todos era conocido hacia dónde derivaban las ideas políticas de Francisco Umbral, también sus críticas o simpatías más recientes, pero sobre todo uno podía pensar que un personaje como él, como su prosa, como su obra, era sobre todo fiel a SU partido: él mismo. Mas, por encima de mezquindades personales, debía exigirse a los hombres que dicen representarnos , que se deben al servicio público de quien les elige y paga , tener la ‘elegancia’, el talante, la hombría, para superar sus propias ‘antipatías’ si las hubiere. Una vez más las ‘ideas’ pasan por encima de las ‘personas’, y la persona desaparecida, nos guste o no, era una referencia cultural que merecía por lo menos un ‘adiós’, aunque no fuera sentido.

Hasta que la muerte nos separe.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
qué duro.... es cierto, ante cualquier simpatía política (como dices tú, reciente, creo que de ser "zurdo", se pasó a "diestro"),está la figura de unos de los mejores cronistas que había en los últimos año. Es una pena.... aunque detrás de escritor, poeta, etc hubiera una persona que no despertara muchas simpatías, se va una gran escritor
hasta de la muerte de gente como Paco Umbral, hace que cada vez me interese menos la política....
besos
Anónimo ha dicho que…
Va siendo hora de que los políticos, sus declaraciones, sus silencios, sus mentiras, sus verdades a medias dejen de ser el ombligo en torno al cual gire parte de nuestras vidas.

Acaparan una atención que no se merecen , ni nos merecemos, si queremos atender a lo realmente importante.

Mis saludos
Anónimo ha dicho que…
Todos los días muere gente importante, uno más necesarios que otros, unos más famosos que otros, y lo lógico es que el gobierno vaya en representación del pueblo ¿crees necesario que haya representación gubernamental en estos actos? Porque, claro está, a título personal no se les puede exigir. Y si es en representación, y no a título personal habría que hacer las leyes y protocolos habituales.
O sea: que vale que no te guste que no haya ido nadie del gobierno, pero, hombre, de eso a "debía exigirse a los hombres que dicen representarnos , que se deben al servicio público de quien les elige y paga , tener la ‘elegancia’, el talante, la hombría, para superar sus propias ‘antipatías’... pues que no lo veo, la verdad. Seguramente de haber ido alguien del gobierno, alguno, no digo tú precisamente, estaría llamándole hipócrita, o diciendo que sólo quiere salir en la foto.
A mí me parece muy coherente que, no hayan ido. Tu queja tendría más motivo si te preguntaras por qué no les gusta Umbral a los del PSOE, porque una cosa son las ideas políticas y otra la valía intelectual y literaria, que, al fin y al cabo, en su figura son de mayor calado.
Anónimo ha dicho que…
Estimado Oz - no sé si Mago de..., o Amos –

Agradezco su visita a esta isla así como el tono general de su comentario. No siempre se expresan las discrepancias con argumentos y respeto. Y eso, en los tiempos que corren, es de agradecer. Que discrepemos en algo y quizá coincidamos en otros aspectos, también es cosa saludable para la comunicación y enriquecimiento mutuo.

Señalaré en primer lugar los puntos en que, a mi parecer, coincidimos y que era el principal objetivo de mi entrada y que usted recoge: “Una cosa son las ideas políticas y otra la valía intelectual y literaria...” Totalmente de acuerdo.

También me parece digna de tener en cuenta su afirmación de que no hay razón para “exigir” a nuestros gobernantes el asistir a todos los sepelios. Corrijo , y digo “sería de agradecer” que hubiera alguna representación gubernamental cuando desaparece un “Premio Cervantes” de las letras, por ejemplo el Ministro de Cultura. Pero mejor no tener que establecer más ‘leyes y protocolos’ que lo reglamenten. A un funeral asiste los que, por distintos motivos, lo creen conveniente.

En lo que ya no estoy tan de acuerdo, amigo Oz, es en el “vale que a ti no te guste”, refiriéndose a un posible 'disgusto' de mi parte. A mi ni me gusta, ni me disgusta. Simplemente me llama la atención, lo mismo que me llamó la atención la presencia de otros políticos que parecían estar allí para ‘agradecer los servicios prestados’. Este Náufrago, está ya fuera de juego de la actuación pública, es un jubilado al que le gusta observar lo que ocurre en el país y ver los hilos que mueven las actuaciones de determinadas personas que dicen interesarse por nosotros. Sólo tomo nota , lo subrayo, pero no me atrevo a emitir juicios y menos disgustarme por cosas de éstas.

Por último, para no hacer esto demasiado largo. Una referencia a su última consideración sobre “ a mí me parece coherente que no hayan ido”. De nuevo nos topamos con el problema del sentido que damos a las palabras. Si por “coherencia” política, entendemos dar la espalda a los que nos critican, o nos parece que no están de acuerdo con nuestra manera de obrar, estoy de acuerdo con usted. Pero si coherencia pudiera significar no establecer una relación directa entre valores culturales, vengan de donde vengan, dejando a un lado críticas sobre actuaciones políticas opinables, y rendir un homenaje a esos valores, entonces veo más bien ‘incoherente’ esa actitud.

Un cordial saludo

Julio Nieto

(Náufrago oficial de esta Isla)

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