Una lección de buceo
AMORES SUMERGIDOS (Óscar Garibalidi)
He aquí algunas cosas que no se deberían hacer, porque quebrantan las normas del ‘bien hacer’:
- En primer lugar no se deberían publicar dibujos que son propiedad ajena sin solicitar permiso previo a su creador. Pero como eso resulta dificilísimo y cuando uno lo muestra en un medio público se expone a que a uno le copien, incluso sin citar quién es su autor, digamos que al mismo tiempo que quebrantamos las normas al uso, le hacemos una publicidad por la que no cobramos nada. Si lo hacemos es porque apreciamos el talento de quien tuvo la idea y cordialmente le envidiamos.
- En segundo lugar, cuando las imágenes en su escueto pero lucidísimo lenguaje hablan por sí solas, huelga cualquier comentario, que no deja de ser una simple visión personal que ya limita el sentido general que le da su autor y deja que cada ‘vidente’ lo interprete a su modo.
- Hechas estas observaciones exculpatorias, pasamos a la perpetración de la cosa.
* 1.-Eva desde la altura de sus años maduros se sumerge en el fondo de sí misma. Bucea en las profundidades de sus recuerdos, en un vano afán de devolverles la vida. Baja, baja y baja hasta la profundidad de años más jóvenes...
* 2.-En un esfuerzo íntimo llega hasta el fondo de sí misma, donde reposan, nunca mejor dicho sus antiguos amores, extraños pecios, despojos de lo que un día fueron para ella hermosos navíos por los que navegó por el mar de los amores. No podía pensar que ahora sólo fueran restos de un naufragio para ella. Quizá era una visión muy personal y esos bajeles anduvieran ahora portando sirenas nuevas. Pero para ella eran sólo eso: despojos...
*3.- Cuando Eva sube a la superficie, se encuentra de nuevo con la tozuda realidad, más insultante que la ensoñación de los recuerdos. Lilith, su pareo, su sombrilla. ¡Cuán rutinaria y terca suele ser la realidad! Eva prefiere olvidar. De poco le ha servido el buceo, si no es para ver que todo es diferente, siendo igual: el sol, un chiringuito, una cerveza.
Dibujo original: en "Mujer de Hoy". nº 436. Autor Óscar Garibaldi
He aquí algunas cosas que no se deberían hacer, porque quebrantan las normas del ‘bien hacer’:
- En primer lugar no se deberían publicar dibujos que son propiedad ajena sin solicitar permiso previo a su creador. Pero como eso resulta dificilísimo y cuando uno lo muestra en un medio público se expone a que a uno le copien, incluso sin citar quién es su autor, digamos que al mismo tiempo que quebrantamos las normas al uso, le hacemos una publicidad por la que no cobramos nada. Si lo hacemos es porque apreciamos el talento de quien tuvo la idea y cordialmente le envidiamos.
- En segundo lugar, cuando las imágenes en su escueto pero lucidísimo lenguaje hablan por sí solas, huelga cualquier comentario, que no deja de ser una simple visión personal que ya limita el sentido general que le da su autor y deja que cada ‘vidente’ lo interprete a su modo.
- Hechas estas observaciones exculpatorias, pasamos a la perpetración de la cosa.
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* 1.-Eva desde la altura de sus años maduros se sumerge en el fondo de sí misma. Bucea en las profundidades de sus recuerdos, en un vano afán de devolverles la vida. Baja, baja y baja hasta la profundidad de años más jóvenes...
* 2.-En un esfuerzo íntimo llega hasta el fondo de sí misma, donde reposan, nunca mejor dicho sus antiguos amores, extraños pecios, despojos de lo que un día fueron para ella hermosos navíos por los que navegó por el mar de los amores. No podía pensar que ahora sólo fueran restos de un naufragio para ella. Quizá era una visión muy personal y esos bajeles anduvieran ahora portando sirenas nuevas. Pero para ella eran sólo eso: despojos...
*3.- Cuando Eva sube a la superficie, se encuentra de nuevo con la tozuda realidad, más insultante que la ensoñación de los recuerdos. Lilith, su pareo, su sombrilla. ¡Cuán rutinaria y terca suele ser la realidad! Eva prefiere olvidar. De poco le ha servido el buceo, si no es para ver que todo es diferente, siendo igual: el sol, un chiringuito, una cerveza.
Dibujo original: en "Mujer de Hoy". nº 436. Autor Óscar Garibaldi
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