Estoy equivocado
VALORES HUMANOS
Que vivo en un mundo equivocado, hace algún tiempo que me di cuenta. Además me lo recuerdan todos los días los periódicos, la radio y la televisión, y por supuesto, la realidad con la que me tropiezo a diario. No trato de cambiarlo, es un trabajo ímprobo, además probablemente no me coge con interés, ni las ganas suficientes para intentarlo. Lo acepto, trato de contagiarme lo menos posible, fabricarme una burbuja en la que disponga del suficiente oxígeno para seguir respirando. Tampoco es que consuma demasiado O y apenas si contribuyo a su contaminación, porque me contento con muy poco. Tratar de vivir y dejar que los demás lo hagan a su modo.
Decía que vivo en un mundo equivocado porque cada vez mis valores vitales se alejan más de los que veo ensalzar, seguir, aplaudir, venerar, propagar y demás ‘ires’, ‘eres’ o ‘ares’. Sin embargo, no sé si por morbo, por curiosidad, o por no naufragar definitivamente, aún leo la prensa de este ‘mundo’, la televisión que muestra ‘sus’ gentes , las radios que promocionan y al mismo tiempo critican los ‘valores’ de los que viven y detestan.
Abro el periódico de hoy. Paso por muchas de sus páginas , como de puntillas , tratando de que no me salpiquen demasiado. Me detengo en una , la 60. Leo este título a dos columnas: “Un héroe egipcio con acento español”. Me detengo a leerlo, son, exactamente 413 palabras y 1987 caracteres según el ‘cuenta palabras’ de mi Word. Puedo perfectamente dedicar unos minutos a saber algo de ese ‘héroe egipcio’ al que dedican dos columnas, ni siquiera la cuarta parte de una página de un diario que cuenta con 80.En realidad no sé por qué le dedico más tiempo que a las 79 ¾ restantes. Quizá porque me esté alejando de este ‘mundo’.
Resumiré brevemente la información. Este mundo de prisas no deja tiempo para fijarse en detalles tan nimios:
Estos son los datos escuetos que dan los periódicos de esta persona . Pronto , quizá ya , su nombre no volverá a aparecer en los periódicos. Sólo las personas a las que salvó le recordarán. Pero nadie le subirá a ningún ‘podium’, nadie le dará un beso de ‘triunfador’, no se festejará con cava ni con flores su ‘victoria’ sobre su miedo, no figurará en ninguna clasificación , ni en ningún ranking. No convocará a millones de personas ante las pantallas, nadie escudriñará en su vida privada , en sus amores o infidelidades. Ninguna Empresa, Compañía, pagará millones de euros para que aparezca su imagen para promocionarla. No corre en ningún equipo de Fórmula 1, no han ganado ningún Tour, no ha figurado en ninguna lista de ‘superventas’, no ha tenido relaciones con ninguna modelo. Sólo se llamaba Sayed, era un simple guía turístico muy apreciado, sólo sacrificó su vida por salvar a decenas de personas. Esos valores no cotizan.
Me doy cuenta de que sigo viviendo en un mundo equivocado, cuando ojeo las páginas , 37, 38 ,39, 40, 41, 42, 43 y 44 del mismo periódico. Allí sólo aparecen dos nombres Lewis HAMILTON – Fernando ALONSO. ¿Sus méritos? Corren a cientos de kilómetros por hora, se insultan , no se hablan. Son los ‘valores’ que cotizan .
Que vivo en un mundo equivocado, hace algún tiempo que me di cuenta. Además me lo recuerdan todos los días los periódicos, la radio y la televisión, y por supuesto, la realidad con la que me tropiezo a diario. No trato de cambiarlo, es un trabajo ímprobo, además probablemente no me coge con interés, ni las ganas suficientes para intentarlo. Lo acepto, trato de contagiarme lo menos posible, fabricarme una burbuja en la que disponga del suficiente oxígeno para seguir respirando. Tampoco es que consuma demasiado O y apenas si contribuyo a su contaminación, porque me contento con muy poco. Tratar de vivir y dejar que los demás lo hagan a su modo.
Decía que vivo en un mundo equivocado porque cada vez mis valores vitales se alejan más de los que veo ensalzar, seguir, aplaudir, venerar, propagar y demás ‘ires’, ‘eres’ o ‘ares’. Sin embargo, no sé si por morbo, por curiosidad, o por no naufragar definitivamente, aún leo la prensa de este ‘mundo’, la televisión que muestra ‘sus’ gentes , las radios que promocionan y al mismo tiempo critican los ‘valores’ de los que viven y detestan.
Abro el periódico de hoy. Paso por muchas de sus páginas , como de puntillas , tratando de que no me salpiquen demasiado. Me detengo en una , la 60. Leo este título a dos columnas: “Un héroe egipcio con acento español”. Me detengo a leerlo, son, exactamente 413 palabras y 1987 caracteres según el ‘cuenta palabras’ de mi Word. Puedo perfectamente dedicar unos minutos a saber algo de ese ‘héroe egipcio’ al que dedican dos columnas, ni siquiera la cuarta parte de una página de un diario que cuenta con 80.En realidad no sé por qué le dedico más tiempo que a las 79 ¾ restantes. Quizá porque me esté alejando de este ‘mundo’.
Resumiré brevemente la información. Este mundo de prisas no deja tiempo para fijarse en detalles tan nimios:
- Se llamaba – sí, se llamaba - Sayed Mahmud, egipcio. Los turistas a los que ‘guiaba’, le llamaban Alberto, por culpa de su casi perfecto castellano. Tenía 41 años, estaba casado y era padre de un niño de ocho años y una niña de seis. Falleció en el interior del autocar que se incendió tras la colisión, cuando intentaba rescatar a su grupo, formado por 37 turistas españoles accidentados en Asuán. Ayudó a los turistas a salir del autocar por las ventanas, pero sabía que todavía había personas dentro, por lo que volvió a entrar y ya no logró salir. Sayed llevaba apenas dos semanas trabajando para la compañía City Moon Tours cuando el autobús en el que viajaba chocó con un camión cargado de gasolina que invadió el sentido contrario.
Estos son los datos escuetos que dan los periódicos de esta persona . Pronto , quizá ya , su nombre no volverá a aparecer en los periódicos. Sólo las personas a las que salvó le recordarán. Pero nadie le subirá a ningún ‘podium’, nadie le dará un beso de ‘triunfador’, no se festejará con cava ni con flores su ‘victoria’ sobre su miedo, no figurará en ninguna clasificación , ni en ningún ranking. No convocará a millones de personas ante las pantallas, nadie escudriñará en su vida privada , en sus amores o infidelidades. Ninguna Empresa, Compañía, pagará millones de euros para que aparezca su imagen para promocionarla. No corre en ningún equipo de Fórmula 1, no han ganado ningún Tour, no ha figurado en ninguna lista de ‘superventas’, no ha tenido relaciones con ninguna modelo. Sólo se llamaba Sayed, era un simple guía turístico muy apreciado, sólo sacrificó su vida por salvar a decenas de personas. Esos valores no cotizan.
Me doy cuenta de que sigo viviendo en un mundo equivocado, cuando ojeo las páginas , 37, 38 ,39, 40, 41, 42, 43 y 44 del mismo periódico. Allí sólo aparecen dos nombres Lewis HAMILTON – Fernando ALONSO. ¿Sus méritos? Corren a cientos de kilómetros por hora, se insultan , no se hablan. Son los ‘valores’ que cotizan .
Comentarios
Quizá tenía razón Felipe González cuando hablaba de opinión pública y opinión publicada.
En mi modesta opinión, actitudes como los del guía Alberto se cotizan pero no venden (a no ser que la palmes en el intento).
Rebuznos veraniegos
Por ejemplo, tú, querido Romero:-)
Me ha emocionado tu comentario y he querido recogerlo en una entrada de hoy, 8 de agosto.