A falta de pan, buenos son los paseos

By DOUCE

Un paseo por el Bosque Encantado

Como no hay mal que por bien no venga, ni peste que cien años dure y a ti te encontré en la calle, que se dice, he de retirar, en parte, las pestes que esta mañana lancé contra el tiempo. Atmosférico, se entiende. La mañana, sin que las pertinaces nubes nos abandonaran siguieron cubriendo con su oscuro manto nuestro arrugado cielo. (Cada día que paso al lado de mi papá me estoy volviendo más cursi).

Pues eso, cursilerías aparte, que la mañana dejó de llorar lo cual que nos permitió dar un paseo por el Bosque Encantado, como yo llamo al pinar de Liencres. Como el día no estaba para baños mi papá me invitó a ‘faire une promenade’ entre pinos y eucaliptos porque sabe que es una de las cosas que me pirran, pasear a mis anchas, olfatear todos los rincones del bosque lleno de mil aromas que él, el muy torpe, no percibe. Además yo soy una perrita muy ecologista o ecológica y me encanta esta reserva de verdura y aire puro que huele a mares, pinos y eucaliptos. La humedad caldeada que despedía el suelo recién mojado creaba un clima muy agradable para pasear a mis anchas.

Durante el paseo, además de mis habituales colegas con los que mantengo mis más o menos cordiales juegos y saludos, pudimos ver una ‘laboriosa’ cuadrillas de hombres ‘verdes’ que se ocupaban de la limpieza del bosque y de hacer los senderos algo más transitables echando grava. La verdad es que ellos también ellos se tomaban el ‘trabajo’ con filosofía laboral y pasaban más tiempo apoyados en palas y rastrillos que inclinando el lomo. Pero, bueno, es que también el trabajo hay que sabérselo tomar con cierta calma. Además, había que esperar a que la pequeña apisonadora. o como se llame, hiciera su machacón trabajo. Era bonito ver cómo la verde cohorte presentaba sus armas ( de trabajo), nos hacía un pasillo, cuando nosotros pasábamos.

Y ya puestos ecológicos subidos, hasta leímos, mi papá y yo, los paneles explicativos sobre el bosque y de paso nos enterarnos de la flora y fauna de este lugar declarado LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), nada menos. Se trata del primer Espacio Natural Protegido de Cantabria y tiene como objetivo conservar las dunas, las playas y el pinar. El pinar sirve de hábitat a aves como el carbonero común, al carbonero garrapinos, al pinzón y a los petirrojos. Hay también ardillas, pero las muy listas deben de andar por las copas de los pinos, porque yo no las veo. Deben bajar al suelo a buscar piñas y subirlas enseguida a la nevera o donde las guarden. A mi papá, que es un indocumentado en flora y fauna, le ha hecho gracia lo del lirón careto porque le recordaba la voz engolada de un tal Félix Rodríguez que hablaba mucho de ellos, lo mismo que de la comadreja, el armiño, él diría (mustela erminea) que por lo visto se dedica a hacer monerías y cabriolas para atraer a los pájaros y cuando los tiene embobados, ¡zás! Al capazo.

En fin, una lección muy completita, pero lo que a mí me interesaba sobre todo era poder estirar mis patas y recrear mi olfato con los olores del bosque. ¿A que queda chulo?

Los árboles no se aburren nunca
porque no miran a la tierra, sino al cielo,
y el cielo cambia tanto, según las horas
y según las nubes, que jamás es igual a sí mismo.
Cuando los hombres buscan la diversidad, viajan.
Los árboles satisfacen ese afán sin moverse.

Wenceslao FERNÁNDEZ FLÓREZ: “El Bosque Animado”