Douce y el tiempo
By DOUCE
Por regla general, en términos generales, o la expresión que se emplee para decir que no tengo por norma el protestar... Pues eso, que soy de fácil complacer. Me parece bien la comida que me den, aunque siempre esté el acecho por si se escapa algo, me contento con los paseos que me dan, lo cual no quita que esté siempre dispuesta a acompañar al que salga y hacer toda clase de fiestas para que se anime y pueda acompañarle y cosas de ésas. Manifiesto mi disponibilidad siempre que se trate de jugar, pasear, comer, manoseo y ‘vicios’ semejantes.
Hecha esta aclaración sobre mi buen talante - perdón, disposición natural - a complacer y complacerme, a plegarme a la voluntad de los demás sin renunciar a la mía, he de decir que hoy siento ganas de elevar a quien corresponda mi protesta, por este tiempo atmosférico que nos está empapando. No sé si es culpa del Gobierno en general, de doña Magdalena la faltona que deja caer los cables de alta tensión, avería la catenaria o permite que las tormentas se ceben sobre Cataluña. Y si no es esa señora, la culpa es de Rajoy y del PP que no hacen una a derechas, valga la paradoja. Eso lo sé de buena tinta, porque leo los periódicos, suponiendo que los periódicos usen buena tinta.
El caso es que yo elevo mi protesta ‘a quien corresponda’, que es lo que se usa en caso de no saber quién es y dónde está el maestro armero. Me quejo de este horrible tiempo que no permite a una ciudadana como yo salir a la calle o al jardín a olfatear y otras necesidades perentorias que no voy a citar aquí, pero que son comunes a cualquier ser ya sea cuadrúpedo, bípedo o mediopensionista.
Esta mañana, salía yo de paseo, después de haber desplegado todas mis artes para que me sacara mi papá y cuando asomo mi trufa al patio veo que la pertinaz llovizna – en tiempos del de los pantanos, la pertinaz era la sequía, ¡Qué cosas! – no me invitaba a salir, ni siquiera a dar una vuelta por el jardín. Porque aunque yo sea un seudo perrita de aguas, no soy demasiado amiga de este meteoro o como demonios se llame. Así que tuve que contentarme con pasear a cubierto, donde no encontré más que olores de gatos que son los que frecuentan estas baldosas. Los vi, acurrucados en las jardineras, dándose calor mutuamente porque tampoco las temperaturas de este agosto norteño son para soltar una mascletá. Así que olí, paseé, oteé el horizonte... y no hubo nada. Ná, de ná.
Para mí, que la culpa de todo la tiene el Gobierno, o en su defecto, porque no es amigo de cargar con culpas, el PP, que es el culpable por antonomasia. (Joder, qué palabro me ha salido!) Ustedes disimulen
Comentarios
paciencia.....
(enhorabuena por tu blog, es muy interesante)....
Además me alegra tener visitantes músicos. He estado meneando mi esqueleto con esa canción de " Pactar compañía". Yo lo hago a menudo:-)
Gracias por tu musical visita.
Adeu.
muchas gracias por la reseña musical, de verdad...
estamos en contacto