Cuando la Sombra lo cubre todo.

Hoy no es demasiado buen día para el Náufrago. Tan sólo quiere dejar constancia en su bitácora que siente que hay muertes que llaman demasiado cerca de su puerta, sobre todo de la puerta de sus sentimientos. Ése ha sido hoy el caso. Esa negra Sombra llevaba todo el verano haciendo una ronda oscura por la casa, dando señales claras de querer cubrir con su negra oscuridad una vida cercana, por varias causas. Cuando el Náufrago pensaba en este verano en que la gente – es lógico – sueña con vacaciones, playas, viajes, descanso, ir, venir, distraerse, descansar, evadirse... no podía alejar de su pensamiento que alguien cercano estaba riñendo un mano a mano con esta implacable Sombra.

Y ya lo ha ensombrecido todo. Para siempre. El Náufrago ha sentido algo especial que no acierta a descifrar de cuantas emociones contradictorias se compone: es cercanía, cuando durante un tiempo estuvo alejado, es dolor, cuando en otro momento frustración, es cariño si alguna vez fuera otra cosa indefinida. Pero hoy es sentir esta impotencia no entender por qué, por qué ahora, por qué a ella, por qué a los que están cerca. Sabe que nadie le dará una respuesta.

Cuando esta mañana contemplaba una caja pulida, cubierta de coronas, centros, ramilletes rojos y blancos, iluminada por velas de cristal y trataba de componer la imagen de quien yacía allí dentro, no llegaba, no podía o algo le impedía recomponer la imagen de alguien que hacía poco había visto tratando de sonreír a la vida con una mezcla de temor y desafío. El que no sonreía era quien, cercano, pero con la suficiente distante claridad que dan otras realidades, conocía el plazo concedido a aquella sonrisa aún esperanzada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bicos, bicos, bicos.
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias, Pilar
Anónimo ha dicho que…
Ánimo Julio
El burro Romero ha dicho que…
En el establo te acompañamos en el sentimiento. Nos ha conmovido mucho esta entrada.

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