Me llamo Berta y soy como soy

UNA LECCIÓN DE VIDA


Estaba el señor de esta Isla 'filosofando' y me preguntaba yo por qué pierde tanto tiempo en filosofar y dar vueltos al coco, cuando yo, una perra de tres meses, me los he vivido segundo a segundo. Cada segundo, cada hora, cada día, me los vivo y me los bebo sin ningún pensamiento en mis tres meses. Dejemos de lado por un momento los espacios que los dejo para el descanso.

Soy yo, y espero que no me cambien demasiado. Servidora ya  ha liquidado dos 'cuerdas' negras, finas, que él las llama 'auriculares' (¡qué nombre más raro!). Me encanta manejar mis dientecitos que me sirven para divertirme con los juguetes de Douce las había dejado intactas. Domino la casa y ya me sé todos los rincones. Esta semana he salido ya de la casa y he empezado a bajar el jardín y los aledaños. Lo de las palabras son la traducción de mi lenguaje polilingüe (esto último me da el olfato que se ha pasado un poco el amanuense ¡Otra!)

Dejemos las cursilerías y véanme dueña de las plantas y la hierba. No hago más que ir de un lado para otro, esconderme entre los arbustos y salir luego a la calle saludando a todo el que se me cruce porque le saludo si el señor de la correa  no la estira. Con lo que me gusta a mí trepar  por los pantalones del agraciado.

Espero que respeten mi idiosincrasia, perdón: 'simiosincracia'

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