Una charla dominguera con DOUCE

Pues verás, Douce, hoy, tarde de domingo, me he quedado en casa. Ya había dado un paseo y había tenido una charla con uno de esos señores que llaman 'mendigo'. Él, no se considera 'mendicante', él escribe y en sus textos firma  "un errante anónimo". Hoy nos ha mostrado algunos de sus 'historias'. Quizá algún día, si lo permite lo pongamos en la Isla. Pero yo no quería hablarte de eso. Te decía que esta tarde me quedé en casa y rebuscando entre los libros me encontré uno  que se titulaba "Mi perro, sus amigos y yo". He de decirte que lo había leído antes de que tú hubieras venido a casa.

Hoy lo abrí por una página, al azar, y me detuve en una. Mira, lo que cuenta, es lo que ha sido tu vida:

Muchas personas argumentan que el perro es fiel y que nos demuestra su cariño esperando algo a cambio... y yo, humano de escasa inteligencia, me pregunto: ¿qué espera el perro que comparte la vida con un indigente?, ¿qué contrapartida está buscando el animal que acompaña a una persona sin medios para subsistir?, ¿qué «oscuras» razones conducen a un perro lazarillo a entregar toda su vida a un hombre?, ¿nos piden realmente algo a cambio?... quizá sólo estén esperando un poco de cariño.  

El perro es un ser tan próximo a nosotros como lo es un familiar o el mejor de los amigos; el perro puede llegar a ser tan querido como cualquiera de los humanos que comparten nuestras vidas, todo ello a pesar de ser tan desconocidos como la más lejana de las constelaciones. 

 Ellos, los perros, deben sentir algo parecido... ¿cómo pueden queremos tanto si no nos conocen?, ¿cómo pueden entablar una amistad tan profunda con unos «animales» tan diferentes? 

 Todos conocemos historias de perras que amamantaron a gatitos, a corderos, a lechones; historias de perros que comparten su vida con el ganado, con animales salvajes... ¡con hombres,En este preciso momento hace acto de presencia otro «bonito palabro»... BIOFILIA: amor a la naturaleza. 

 Parece que los expertos otorgan al perro una especial sensibilidad «biofílica», un gran amor hacia la naturaleza. No les importa que existan diferencias, grandes o pequeñas, con los animales que han de convivir, no valoran si tienen más o menos pelo, si hacen más o menos ruido, si viven en uno u otro recinto; los perros admiten a todos los seres vivos de la naturaleza siempre que se les dé oportunidad de conocerlos; todos los animales, racionales o irracionales, somos iguales a los ojos del perro, nos aceptan a todos por igual. 

 Nuestro buen amigo tiene una forma de relacionarse con el resto de animales que consigue extraer lo mejor que llevan dentro. Es sorprendente lo que se puede llegar a sentir dando un tranquilo paseo con tu perro... «Roko» es bastante cabezón: cuando salimos a pasear por los alrededores de mi casa tiene en su mente un claro objetivo, adentrarse en el «puro campo».