Un día en Olivenza

"Viaje según su proyecto propio, dé mínimos oídos a la facilidad de los itinerarios 

y de rastro pisado, acepte equivocarse en la carretera y volver atrás, 

o al contrario, persevere  hasta inventar salidas desacostumbradas al mundo. 

Y si se lo pide la sensibilidad, registre a su vez lo que vio y sintió. 

Entregue sus flores a quien sepa cuidar de ellas, y empiece. 

O reempiece. Ningún viaje es definitivo.

José Saramago. "VIAJE A PORTUGAL"

Era un jueves  de frío y sol. Habían llegado allí de ‘incógnito’ para que alguien no supiera que habían aterrizado en tierras extremeñas…

Pensaron si Elvas (Portugal) podría servirles de ‘cobijo’ por un día. Un peaje absurdo y caótico hizo que se ‘refugiaran’ en Olivenza: calcolítica, árabe, taifa, leonesa, templaria, castellana, portuguesa, española, de nuevo portuguesa… Napoleón, Inglaterra, Viena, Godoy, “Dos ramos de Naranjas” para un Reina…

Restaurante Dosca. Olivenza

Serían cerca de las dos cuando atravesaron  el arco del ‘Castillo”. Apenas había gente por las calles de casas encaladas blanco uniforme y se refugiaron en  ‘Dosca”:  bacalao a la portuguesa, jamón cortado por Juan  galardonado en muchos premios de cortadores, pimientos rellenos… La charla se prolongó más allá de las cuatro, la hora de comer ‘el personal’ de la casa.

Patear por las calles semivacías, hasta la ‘Plaza de España’ (Antigo Terreiro do Chào Salgado) rezaba la placa. Por cierto los 'oliventinos' han tenido el buen gusto de conservar el doble nombre  de sus placas callejeras… Olivenza  española, Olivença portuguesa… de todos.  Y no se sientan heridos los pacenses. ¡Sería tan hermoso, sentir las ‘patrias’, las ciudades, los pueblos un poco de todos! Eso es  lo que el viajero sintió al menos.

Si portugueses son los rótulos, iglesias, palacios, parte de las fachadas, española se siente la Plaza de Toros donde se inauguraba la temporada taurina. Por aquellas calles iba hacia el hotel el periodista Manolo Molés que abría aquella tarde el acto de presentación de la  Feria Taurina de Marzo. El coso estaba entreabierto. Los viajeros pudieron pisar el albero oliventino, aunque en lugar de morlacos había carretas mecánicas haciendo su cometido.

Con iglesias, castillos y museos se toparon. Un museo etnográfico en el mismo Castillo que domina la Muela. En él han colaborado todas las gentes de la comarca  siguiendo la iniciativa del nativo “ Francisco González Santana”.

Algunas fotos del Museo. DOUCE

Pasearse por sus salas y pasillos  es como regresar a años, a siglos. Hay una sensación de algo ‘muerto’ completamente vivo paseándose por tiendas, bodegas, sastrerías, escuelas, barberías, zapaterías, herrerías, forja, dormitorios labriegos, cocinas, salas de matanza, de bordado, despachos de médicos y abogados, instrumentos musicales, alacenas, maquetas, campanas de viático… Centenares de años  condensados en  más de 8.000 piezas  que se exponen en 26 salas de dos plantas del  Castillo. Un montón de recuerdos y emociones  silenciosamente hablando

Y como despedida, subida  por las 17 rampas de los 37 metros de la Torre  del Homenaje desde donde  puede verse toda la ciudad y la comarca. A veces, sin buscarlo, vienen a nuestro encuentro centenares de años, historia, gentes, peripecias y costumbres. Y todo estuvo bien.

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Olivenza 2012

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Historia de Olivenza /Olivença