El libro sobre la mesa


En este último viaje familiar el Náufrago se encontró  sobre alguna mesa de la casa un libro. Le llamó la atención el título y lo compró para regalárselo a alguien que estaba pasando un momento delicado. El libro en cuestión tenía un título escueto: “Ahora YO”. En letras muy mayúsculas el pronombre.

Abrió una página al azar, porque no se trata de ninguna historia, sino de algunas reflexiones y leyó esto:

“Todos podemos convertirnos en ‘maestros’ cuando comprendemos con hondura que el buen juicio viene de la experiencia del ‘error’. Podemos ser golpeados por las circunstancias de la vida  y aun así no desesperarnos. Podemos caer en una sima muy honda y, sin embargo, no sentirnos hundidos. Es importante en estos momentos de especial dificultad y desafío que el fallo no es el ‘nombre de una persona’ que se ha atrevido a dar un paso adelante. Las caídas  siempre producen dolor, pero en lugar de intentar negarlo, ocultarlo o dejarse envolver en el dolor  y convertirlo en sufrimiento, lo que hay que hacer es analizarlo, aprender y avanzar. Podemos evitar caer en la alucinación de pensar que un error es insuperable o que ya he malogrado nuestra vida para siempre. Cuando no cometemos errores es porque nunca nos estiramos de verdad para explorar nuestro auténtico potencial.

Sólo hay dos desenlaces de nuestras acciones : o conseguimos lo que queremos o aprendemos algo esencial para conseguirlo la próxima vez. Un error puede enseñarnos mucho sólo si se lo permitimos. Aquí reside la naturaleza creativa del error” 

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