¿Militares al poder?

El fichaje del general Julio Rodríguez por Podemos es de campanillas

¿Es una buena noticia? La respuesta va por fascículos. Lo es si, tal como se ha presentado, la operación simboliza un nuevo afán del partido emergente: un afán neoatlantista, basado, claro, en un pilar europeo de Defensa, en el pragmatismo y en el institucionalismo. Indicaría que Pablo Iglesias y los suyos se distancian a galope del caudillismo populista. Y que no necesitan alcanzar el Gobierno para toparse con la dura realidad, a diferencia de Alexis Tsipras, cuya tardía caída del caballo ha contusionado gravemente a la ciudadanía griega.

Si, por el contrario, obedece a una visión compartimentada, segmentada y corporatista del poder, lo es menos. En democracia el poder es el poder democrático. Y del mismo sólo hay tres componentes, separados, que se contrapesan. Los de Montesquieu, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Y no una amalgama de dispersos poderes vicarios exentos de control: militar, judicial, financiero, eclesiástico… Es lógico que un partido coopte gentes significadas de distintos oficios. Pero si ahora este busca un juez (progre), un banquero (aperturista) y un obispo (peronista), mala espina.
Lo más flojo del asunto es la ampulosa, empalagosa y engreída entronización de Julio Rodríguez por Iglesias como “mi” ministro de Defensa.
Peor que eso: es un retroceso, porque una cosa es ir en una lista y otra formar parte de un Gobierno. Desde que Narcís Serra civilizó al Ejército, la permanencia de civiles en el cargo viene siendo un —excelente— signo permanente de la sujeción de los militares al poder democrático. No es preciso cambiar a peor, ni echar por la borda esa conquista de la Transición. Cuidado con los corporativismos, peligrosos, ineficaces, endogámicos. Urbi et orbe. Ni los grandes titulares de Sanidad han sido médicos. Ni los mejores ministros de Exteriores —con alguna excepción— han sido miembros de la carrera diplomática. Repasen la lista."


***
¡AY NUESTRA 'MILI' EN  "EL TALARN"!
TREMP‭ (‬LLEIDA‭)‬.

Recuerdo aquel campamento militar del TALARN. Allí cumplí mis ‘milicias’ dos veranos por los años 64 y 65. Conviví con catalanes, murcianos, aragoneses, castellanos sin el menor problema. Sólo se oía por la noche en los barracones  un sonoro ‘¡tanqueu la porta , si us plau’!, que retumbaba en la noche y se hacía el silencio cuarteril. 

Los fines de semana en Tremp, cerca del campamento, nos despojábamos del uniforme militar y nos vestíamos   de ‘bonito’. Después nos desperdigábamos y  a veces subíamos  a Andorra,  a la Seo de Urgel’, o acercarnos a la costa: la Pineda, Salou o iba a visitar aun colega de universidad minusválido que hacía durante el verano de conserje en un hotel de la  Ametlla del Mar y se había comprado un ‘dos caballos’, un lujo para aquellas épocas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Recuerdos...

Muchas veces, sobre todo en estos revueltos días, son mejores que la realidad del momento.

¡Buen fin de semana!
Douce y el Náufrago ha dicho que…
Buenas tardes:

Indudablemente, aquellas días eran mucho más llenas de ilusión y esperanzas. Los tengo dentro todavía, por eso los volví a revivir: lo veo todavía intacto. Esas cosas no se mueren.

¡Muchísimas gracias!

‘¡Tanqueu la porta , si us plau’!:-)

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