Fotografías y recuerdos III
LA AVENTURA AMERICANA
Una de las ventajas que tiene el viajar con profes, jubilados o en activo, además de aquello de “qué bien, que nos llevan de excursión”, es que elaboran un programa gastrononómico-culturo-festivo ‘mu apañao’. De eso se aprovechó el Náufrago el pasado fin de semana para regresar perfectamente 'gastrononómico-culturo-festivamente' enriquecido.
La penúltima actividad culturofestiva, la última sería la de degustar un cocido montañés, fue la visita a la Fundación Archivo de Indianos, Museo de la Emigración, sita en el pueblo asturiano de Colombres. Allí se abrieron de par en par los ojos del Náufrago para tratar de hacerse una somera idea de lo que fue la aventura de aquellos indianos y emigrantes que durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX dejaron su querida tierra asturiana para emprender el viaje a las Américas, con diferente suerte.
Los hubo que de verdad ‘hicieron las Américas’ en Cuba, México, Florida, Argentina, Uruguay, Chile o Argentina y regresaron ufanos a sus respectivos pueblos dejando su huella en forma de suntuosas mansiones, creando centros asistenciales, socioculturales o deportivos. Pero no todos, es condición humana, corrieron la misma suerte. En la “Quinta Guadalupe” que el columbrés Iñigo Noriega construyó en honor de Guadalupe Castro su esposa mexicana, la Fundación Archivo del Indiano ha establecido un centro de estudio, investigación y documentación sobre el fenómeno de la emigración.
Recorriendo el museo asistimos al “ viaje de un emigrante”: sus ‘papeles’, objetos, equipajes, carteles de compañías navieras, modelos de barcos, despedidas, llegadas al puerto de destino, así como los distintos Centros Asturianos en La Habana, México D.F., Buenos Aires… La sección triunfos y fracasos recoge en una emotiva serie fotográfica el desgarro de las despedidas y una muestra de los ‘triunfadores’, así como documentación varia sobre el antiguo propietario de la Quinta, Íñigo Noriega.
Nacido en Colombres, embarca en Cádiz a la edad de 14 años, requerido por su tío. Con el tiempo, Don Íñigo llegó a ser uno de los principales terratenientes de México. Tuvo palacios, minas de plata, industrias textiles, ferrocarril y hasta un pequeño ejército. También fundó las ciudades llamadas Colombres y Ciudad Reinos. “Era un auténtico virrey, muy poderoso e influyente”, cuenta Alfonso Noriega Sánchez, miembro de la saga. Se casó con una mexicana y tuvo 11 hijos. Cuando en 1910 estalló la revolución mexicana, el indiano perdió absolutamente todo y murió arruinado en 1920.
De todos modos y, aun admirando todo lo que el museo muestra, el Náufrago aún guarda en su interior la emoción de todas esas fotografías que marcan la despedida de los ‘emigrantes’ de antaño. Entre todas ellas, la del padre que coge con su brazo la cabeza del hijo de apenas ocho o nueve años, mientras ambos son incapaces de no estallar en un dolorido y angustioso llanto.
Una de las ventajas que tiene el viajar con profes, jubilados o en activo, además de aquello de “qué bien, que nos llevan de excursión”, es que elaboran un programa gastrononómico-culturo-festivo ‘mu apañao’. De eso se aprovechó el Náufrago el pasado fin de semana para regresar perfectamente 'gastrononómico-culturo-festivamente' enriquecido.
La penúltima actividad culturofestiva, la última sería la de degustar un cocido montañés, fue la visita a la Fundación Archivo de Indianos, Museo de la Emigración, sita en el pueblo asturiano de Colombres. Allí se abrieron de par en par los ojos del Náufrago para tratar de hacerse una somera idea de lo que fue la aventura de aquellos indianos y emigrantes que durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX dejaron su querida tierra asturiana para emprender el viaje a las Américas, con diferente suerte.
Los hubo que de verdad ‘hicieron las Américas’ en Cuba, México, Florida, Argentina, Uruguay, Chile o Argentina y regresaron ufanos a sus respectivos pueblos dejando su huella en forma de suntuosas mansiones, creando centros asistenciales, socioculturales o deportivos. Pero no todos, es condición humana, corrieron la misma suerte. En la “Quinta Guadalupe” que el columbrés Iñigo Noriega construyó en honor de Guadalupe Castro su esposa mexicana, la Fundación Archivo del Indiano ha establecido un centro de estudio, investigación y documentación sobre el fenómeno de la emigración.
Recorriendo el museo asistimos al “ viaje de un emigrante”: sus ‘papeles’, objetos, equipajes, carteles de compañías navieras, modelos de barcos, despedidas, llegadas al puerto de destino, así como los distintos Centros Asturianos en La Habana, México D.F., Buenos Aires… La sección triunfos y fracasos recoge en una emotiva serie fotográfica el desgarro de las despedidas y una muestra de los ‘triunfadores’, así como documentación varia sobre el antiguo propietario de la Quinta, Íñigo Noriega.
Nacido en Colombres, embarca en Cádiz a la edad de 14 años, requerido por su tío. Con el tiempo, Don Íñigo llegó a ser uno de los principales terratenientes de México. Tuvo palacios, minas de plata, industrias textiles, ferrocarril y hasta un pequeño ejército. También fundó las ciudades llamadas Colombres y Ciudad Reinos. “Era un auténtico virrey, muy poderoso e influyente”, cuenta Alfonso Noriega Sánchez, miembro de la saga. Se casó con una mexicana y tuvo 11 hijos. Cuando en 1910 estalló la revolución mexicana, el indiano perdió absolutamente todo y murió arruinado en 1920.
De todos modos y, aun admirando todo lo que el museo muestra, el Náufrago aún guarda en su interior la emoción de todas esas fotografías que marcan la despedida de los ‘emigrantes’ de antaño. Entre todas ellas, la del padre que coge con su brazo la cabeza del hijo de apenas ocho o nueve años, mientras ambos son incapaces de no estallar en un dolorido y angustioso llanto.
Comentarios
Saludos desde el Mediterráneo, o casi.
Nostalgia emotiva de unas situaciones difíciles.
"En dos palabras": Pre Cioso
:)