“Proyecto Pequeño Cánido” ( PPC )
DOUCE PROTESTA
Los visitantes de esta isla habrán observado, o no, que mis apariciones en esta bitácora de bordo de la que soy becaria titular son menos frecuentes. Hoy que se me brinda la oportunidad debo manifestar que esta ‘inferiorización’(la señorita Aído dixit) a la que estoy sometida no es culpa o desidia mía, sino responsabilidad exclusiva de este Náufrago -cada vez más a la deriva- con quien cohabito. Desconozco las causas de este ‘ninguneo’, aportando como está cibernéticamente probado, cantidad de visitantes a este islote. Sin mi participación estaría cada vez más desierto.
La gota que ha colmado el vaso de mi canina indignación tiene su fuente en algunas chorradas o gilipolleces de determinados amos, al menos así actúan, que afectan a la dignidad canina a cuya estirpe estoy muy orgullosa de pertenecer.
Si últimamente se aprueban en el Parlamento proyectos como el del "Gran Simio" para “que se reconozcan los derechos de los chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos, como homínidos que son”, proyecto al que los canes no tenemos nada que objetar. Yo, como ‘cánida’, propongo el “Proyecto Pequeño Cánido” en defensa de nuestra ‘dignidad perruna’. Somos perros, canes, fieles y leales amigos de los homínidos, pero una cosa es ser ‘compañero’, amigo, y otra que nos tomen por muñecos, peluches, juguetes para sus ridículas y estúpidas diversiones.
Se preguntarán a qué vienen estos enfados y hasta ahora veladas quejas. Pues se lo explico. Con motivo de estos faustos eventos que se montan para enfrentarse los miembros de una tribu contra los de otras tribus europeas corriendo y dando patadas a las pelotas, para ver quien patalea mejor y así mostrar su superioridad frente a los competidores, no contentos con tan inteligente invención, se pintan de colores, se disfrazan de toreros, vikingos, bufones y otros adefesios, trasiegan litros y litros de cerveza, exhiben los ‘tótemes’ de las tribus, se adornan con gorros, se ciñen bufandas multicolores en la cabeza a guisa de plumaje indio para hacer el ídem… Y no sigo, porque la estupidez de los tribales no conoce coto.
Hasta aquí, leve descripción de la tontuna homínida. Allá ellos, nada que objetar a este regreso a su pasado simio, cada cual es libre de hacer las ‘monadas’ o ‘simiedades’ que le plazcan, pero que su ‘hominidad’ quieran imponérnosla, es cosa que mi dignidad canina me obliga a rechazar y negarme a que nos hagan participar en sus ritos tribales. Si ellos quieren disfrazarse, nosotros, los perros, no lo criticamos, dejamos que hagan lo que les pete. Son muchas las tonterías humanas que soportamos o disimulamos no ver. Son así, y así les aceptamos, pero lo que no nos pueden exigir es que también nos sumemos a esta forma tan primitiva de celebrar sus fiestas. Lo digo, porque ayer, echando una ojeada a la prensa (?) deportiva, vi una sección en la que los promotores de uno de esos papeles pedía a sus lectores que les enviaran fotos hechas con motivo de este gloriosísimo evento llamado “Urocopa”.
Fue entonces cuando se abrieron enormes mis ojos de perrita al ver que no siendo suficiente el exhibirse ellos de la guisa que he mencionado más arriba, contemplé con estupor y disgusto que además de disfrazar a sus retoños, nos utilizaran a nosotros, como si fuéramos juguetes o muñecos, ataviándonos con sus bufandas, banderas, camisetas, faldas escocesas y demás ‘originales’ atuendos. Desde este foro manifiesto mi más rotunda oposición a que se nos utilice de ese modo: somos ‘perros” P.E.R.R.O.S, no maniquíes, espantapájaros, tirinenes, marionetas, o títeres de guignol.
Si quieren hacer el ‘gran simio’, que lo hagan por su cuenta, nosotros tenemos nuestro propio sentido del humor. Si supieran cómo nos los imaginamos… Pero somos lo suficientemente sensatos para no decir todo lo que pensamos. Sólo les pedimos que también ellos nos respeten. El día que queramos ponernos una bufanda o una camiseta de esas horrorosas, lo diremos. Mientras tanto estamos muy contentos con nuestra nuda indumentaria.
Los visitantes de esta isla habrán observado, o no, que mis apariciones en esta bitácora de bordo de la que soy becaria titular son menos frecuentes. Hoy que se me brinda la oportunidad debo manifestar que esta ‘inferiorización’(la señorita Aído dixit) a la que estoy sometida no es culpa o desidia mía, sino responsabilidad exclusiva de este Náufrago -cada vez más a la deriva- con quien cohabito. Desconozco las causas de este ‘ninguneo’, aportando como está cibernéticamente probado, cantidad de visitantes a este islote. Sin mi participación estaría cada vez más desierto.
La gota que ha colmado el vaso de mi canina indignación tiene su fuente en algunas chorradas o gilipolleces de determinados amos, al menos así actúan, que afectan a la dignidad canina a cuya estirpe estoy muy orgullosa de pertenecer.
Si últimamente se aprueban en el Parlamento proyectos como el del "Gran Simio" para “que se reconozcan los derechos de los chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos, como homínidos que son”, proyecto al que los canes no tenemos nada que objetar. Yo, como ‘cánida’, propongo el “Proyecto Pequeño Cánido” en defensa de nuestra ‘dignidad perruna’. Somos perros, canes, fieles y leales amigos de los homínidos, pero una cosa es ser ‘compañero’, amigo, y otra que nos tomen por muñecos, peluches, juguetes para sus ridículas y estúpidas diversiones.
Se preguntarán a qué vienen estos enfados y hasta ahora veladas quejas. Pues se lo explico. Con motivo de estos faustos eventos que se montan para enfrentarse los miembros de una tribu contra los de otras tribus europeas corriendo y dando patadas a las pelotas, para ver quien patalea mejor y así mostrar su superioridad frente a los competidores, no contentos con tan inteligente invención, se pintan de colores, se disfrazan de toreros, vikingos, bufones y otros adefesios, trasiegan litros y litros de cerveza, exhiben los ‘tótemes’ de las tribus, se adornan con gorros, se ciñen bufandas multicolores en la cabeza a guisa de plumaje indio para hacer el ídem… Y no sigo, porque la estupidez de los tribales no conoce coto.
Hasta aquí, leve descripción de la tontuna homínida. Allá ellos, nada que objetar a este regreso a su pasado simio, cada cual es libre de hacer las ‘monadas’ o ‘simiedades’ que le plazcan, pero que su ‘hominidad’ quieran imponérnosla, es cosa que mi dignidad canina me obliga a rechazar y negarme a que nos hagan participar en sus ritos tribales. Si ellos quieren disfrazarse, nosotros, los perros, no lo criticamos, dejamos que hagan lo que les pete. Son muchas las tonterías humanas que soportamos o disimulamos no ver. Son así, y así les aceptamos, pero lo que no nos pueden exigir es que también nos sumemos a esta forma tan primitiva de celebrar sus fiestas. Lo digo, porque ayer, echando una ojeada a la prensa (?) deportiva, vi una sección en la que los promotores de uno de esos papeles pedía a sus lectores que les enviaran fotos hechas con motivo de este gloriosísimo evento llamado “Urocopa”.
Fue entonces cuando se abrieron enormes mis ojos de perrita al ver que no siendo suficiente el exhibirse ellos de la guisa que he mencionado más arriba, contemplé con estupor y disgusto que además de disfrazar a sus retoños, nos utilizaran a nosotros, como si fuéramos juguetes o muñecos, ataviándonos con sus bufandas, banderas, camisetas, faldas escocesas y demás ‘originales’ atuendos. Desde este foro manifiesto mi más rotunda oposición a que se nos utilice de ese modo: somos ‘perros” P.E.R.R.O.S, no maniquíes, espantapájaros, tirinenes, marionetas, o títeres de guignol.
Si quieren hacer el ‘gran simio’, que lo hagan por su cuenta, nosotros tenemos nuestro propio sentido del humor. Si supieran cómo nos los imaginamos… Pero somos lo suficientemente sensatos para no decir todo lo que pensamos. Sólo les pedimos que también ellos nos respeten. El día que queramos ponernos una bufanda o una camiseta de esas horrorosas, lo diremos. Mientras tanto estamos muy contentos con nuestra nuda indumentaria.
DOUCE, la becaria
Comentarios
El término "hominidad" me ha resultado un verdadero hallazgo semántico. Qué bien refleja la realidad de este mundo, en contraposición de la quimera del término "humanidad".
Oye, que estáis invitados a nuestro cumple, aunque no sé si un viaje tan largo le sentará muy bien a las pobres cervicales de tu papá.
Rebuznos de verano (así como lánguidos)