Miren, oigan... y después decidan

A veces, cuando uno siente la tentación de gritar: " ¡Que paren esto, que me apeo!", ve, oye o se encuentra con 'pequeños milagros' como éste. Entonces es quizá el momento de hacer una pausa, pensar un poco más despacio, y tratar de reconciliarse un poco con el género humano y se dice:

- "¡Vamos, sigue, aún vale la pena seguir intentándolo!" Gente como Adriana te está gritando: " Pero tú ¿De qué te quejas? "

Miren, oigan, piensen un poco y luego decidan si no siguen quedando razones para considerarnos unos jodidos 'privilegiados'...

¿O los 'privilegiados' son los que saben apreciar la vida y se sienten felices luchando, como Adriana ?


Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Evidentemente los privilegiados son las personas como ella.

Gracias por compartirlo.

Lamentablemente a veces tenemos que toparnos con lecciones como esta para aprender a valorar lo que tenemos y a tener la voluntad de querer superar los óbstáculos y querer mejorar siempre.

Tu mensaje llegó hasta Montevideo y será divulgado.

Un saludo cordial,
El burro Romero ha dicho que…
Ejemplos como el de Adriana ya no son una excepción, pero aún no son la norma. Creo que la clave está en que le han enseñado y ha aprendido a ser ella misma, con nombre propio, precioso, por cierto.
Y, para que la integración sea un hecho tendremos que aprender, estos que nos consideramos normales, a prescindir de las etiquetas, de los nombres y adjetivos despectivos, de los circunloquios y los eufemismos y llamar a los "diferentes"(?) por su nombre, esto es, Adriana, Pablo, Mario, Laura,...
Douce ha dicho que…
Creo que todos nos sentimos mejor viendo ejemplos como el de Adriana. Son un aliciente para tratar de no traicionarnos.

Burro Romero, creo que siempre y ahora más, sabes lo que es 'ser uno mismo'. En el refugio lo tenéis claro.

Nos gustaría celebrar con vosotros vuestro feliz aniversario, pero no sé cuándo va a decidirse mi papá a bajar hasta ahí abajo.

FELICIDADES A TODOS

Guauss y abrazos

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