Arranca la Campaña...?
METADONA
JUAN JOSÉ MILIÁS
Las campañas
electorales excesivas generan tolerancia y adicción, igual que las drogas. Se
arrepiente uno de consumirlas, pero necesita cada vez una dosis mayor. Si ayer
asistimos a un debate, mañana necesitaremos dos, y pasado, además de esos dos,
una porción de demoscopia que nos ponga al día de la intención de voto o de la
valoración de los candidatos. Me voy a quitar de la campaña, le oí decir el
otro día a alguien en el metro. Parecía, por su expresión, que se iba a quitar
de la heroína.
Ya en el cuarto de
baño, por las mañanas, tanto si trabajas como si no, empiezas a pensar en las
raciones de propaganda que te vas a meter a lo largo del día. Hay quien empieza
al levantarse, con algún programa de la tele, y hay quien consigue resistir
hasta los primeros telediarios de la noche, pero no se sabe de nadie que se
vaya a la cama sin las imágenes de los cuatro líderes macho en la cabeza. Ver o
escuchar a cualquiera de ellos proporciona ese tipo de paz del primer
cigarrillo o del primer café, por no hablar de sustancias más adictivas.
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