Berta a puerta abierta



Vamos a dejar las cosas claras en esta Isla, casa o lo que sea, porque yo soy una perra muy sencilla y me gusta ser como soy. Nada de mandangas y tampoco 'excelencias'. Soy simplemente, eso, una perrita. Lo digo, porque este Náufrago, por una parte me mima y me cuida y por otra me exhibe para su honor y gloria.


No sé si me explico bien, porque lo mío no es contar historias, ni excelencias, simplemente vivo y muy sencillamente: juego, saludo, descanso  y quiero a todos de la casa. Cada uno lo hace a su modo  e idiosincrasia, cosa que no sé pero me suena bien. Mi 'idiosincrasia” es muy variopinta adecuada  a las idem: los hay que me sacan la basura que es su especialidad  y yo aprovecho a salir por la noche un pelín. Hay otras que me miman mogollón y me cogen en brazos como si fuera  un bebé cuando ya soy adolescente. Otros se ocupan  de su alimentación y se enfada si otros le dan chucherías sin permiso...


Otro,  al que me refiero más arriba, es el “paseador”, cinco o seis veces al día. A veces me pasea con mis aperos y la correa por si acaso hago alguna perrería ... Ahora, como ya tengo permiso para pasear, oler por todo el jardín y aledaños, me siento más libre.

Hablo de mí, pero sé que todos  los miembros de la casa me quieren,  todos a su modo: les hago agradable su vida a pesar de alguna perrería infantil ‘a lo Berta’. Fruto de esto son estas imágenes de allí en el jardín y aledaños. No soy vanidosa pero sí quiero cariño: es todo lo que pido

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