¡Qué cosas tienen los pacientes!
Esta mañana mi papá y yo hemos estado hablando de nuestras cosas. Sí, no pongan esa cara, de ‘nuestras cosas’, él de las suyas y yo de las mías. Nos entendemos muy bien los dos. Él me ha contado una de médicos y yo una de regalos y modernidades. Desde luego, ni que decir tiene, que mi historia es mucho más sencilla y divertida que la suya.
Empezaremos con la suya que es muy aburrida y después pasamos a la mía para que les quede un buen sabor de boca. La suya, la de médicos, podía haberle ocurrido a él o a cualquiera que se sienta mutualista o asegurado social. Imaginen que es un señor que ha solicitado una revisión después de una intervención quirúrgica. Supongan que le han dicho que a las 9’30 es la hora ideal para que el doctor no le haga esperar y así no estar en la sala de idem ojeando todas las revistas de éste y otros años.
Se presenta a la hora citada, como un clavo. La señorita le indica un cuartito lleno de historiales, una camilla, algún botiquín y le dice escuetamente: “Despójese de sus vestiduras”, o algo parecido. El paciente paciente procede al striptease , y ahí está luciendo su atractivo torso (dorso incluido). Como el doctor no doctorea, extiende sobre la camilla los periódicos de que se ha aprovisionado , por si acaso, y empieza una lectura somera del diario. Acabada la revisión del primero, procede a abrir el otro ya sin miedo a ser interrumpido por la visita doctoral. Suenan los timbres, suenan teléfonos , pasan los minutos, pasan los cuartos de hora y ahí sigue el de torso que ya ha tomado la precaución de ponerse encima de los hombros una chaqueta. Habría transcurrido una media hora, o más quizá, y aparece la silueta blanca del galeno.
- “ ¿Qué tal andamos?” Apenas el del torso tiene tiempo de balbucear .
- “Pues con algunos dolores , al hacer...” (interrupción)
- “ Bueno eso es normal. ¿Cuánto hace que le operamos? ¿Dos meses?
- (Torsiones internas) . “ No, hoy hace quince días”.
- “Ah, entonces es normal. Vamos hacerle una ‘placa’ y vuelve por aquí la semana que viene”.
Entre sorprendido y contrariado el ‘operado’ no sabe si tomárselo a broma o dar por válido lo de la ‘visita del médico’. Ni cinco minutos cronometrados. Dice mi papá que me lo cuenta, porque el interesado piensa que soy la única que podría escucharle sin llamarle tonto el haba y al mismo tiempo porque le sirve para desahogarse.
Mi papá no sabe todavía, a su edad, que los médicos son gente muy importante , que bastante hacen con ‘despacharse’ cuarenta o cincuenta pacientes al día, operar a no sé cuántos más, pagarse el chalet, los masteres de los hijos, el ‘barquito’ de recreo y otras cosas importantísimas, como para acordarse de quién es y qué le ocurre al mutualista 80.858, número de historial 13.442, paciente de la habitación 208 un 20 /12/ 2006 - ingresado a las 13’36 y operado a las 20’08.
¡Pero qué cosas tienen los pacientes!
Bueno , como me he extendido con la charla de mi papá , luego le cuento la mía, que es mucho más breve y divertida.
DOUCE
Empezaremos con la suya que es muy aburrida y después pasamos a la mía para que les quede un buen sabor de boca. La suya, la de médicos, podía haberle ocurrido a él o a cualquiera que se sienta mutualista o asegurado social. Imaginen que es un señor que ha solicitado una revisión después de una intervención quirúrgica. Supongan que le han dicho que a las 9’30 es la hora ideal para que el doctor no le haga esperar y así no estar en la sala de idem ojeando todas las revistas de éste y otros años.
Se presenta a la hora citada, como un clavo. La señorita le indica un cuartito lleno de historiales, una camilla, algún botiquín y le dice escuetamente: “Despójese de sus vestiduras”, o algo parecido. El paciente paciente procede al striptease , y ahí está luciendo su atractivo torso (dorso incluido). Como el doctor no doctorea, extiende sobre la camilla los periódicos de que se ha aprovisionado , por si acaso, y empieza una lectura somera del diario. Acabada la revisión del primero, procede a abrir el otro ya sin miedo a ser interrumpido por la visita doctoral. Suenan los timbres, suenan teléfonos , pasan los minutos, pasan los cuartos de hora y ahí sigue el de torso que ya ha tomado la precaución de ponerse encima de los hombros una chaqueta. Habría transcurrido una media hora, o más quizá, y aparece la silueta blanca del galeno.
- “ ¿Qué tal andamos?” Apenas el del torso tiene tiempo de balbucear .
- “Pues con algunos dolores , al hacer...” (interrupción)
- “ Bueno eso es normal. ¿Cuánto hace que le operamos? ¿Dos meses?
- (Torsiones internas) . “ No, hoy hace quince días”.
- “Ah, entonces es normal. Vamos hacerle una ‘placa’ y vuelve por aquí la semana que viene”.
Entre sorprendido y contrariado el ‘operado’ no sabe si tomárselo a broma o dar por válido lo de la ‘visita del médico’. Ni cinco minutos cronometrados. Dice mi papá que me lo cuenta, porque el interesado piensa que soy la única que podría escucharle sin llamarle tonto el haba y al mismo tiempo porque le sirve para desahogarse.
Mi papá no sabe todavía, a su edad, que los médicos son gente muy importante , que bastante hacen con ‘despacharse’ cuarenta o cincuenta pacientes al día, operar a no sé cuántos más, pagarse el chalet, los masteres de los hijos, el ‘barquito’ de recreo y otras cosas importantísimas, como para acordarse de quién es y qué le ocurre al mutualista 80.858, número de historial 13.442, paciente de la habitación 208 un 20 /12/ 2006 - ingresado a las 13’36 y operado a las 20’08.
¡Pero qué cosas tienen los pacientes!
Bueno , como me he extendido con la charla de mi papá , luego le cuento la mía, que es mucho más breve y divertida.
DOUCE
Comentarios
-mire pues que hace como 10 dias porque usted antes no me dio cita , me dio un Ictus facial ,paralizandome tambien el cuello,
-ahhh,edad,nombre,profesion,seguro,direccion,telefono,alergias,etc...como va
-mal,sigo sin recuperar el olfato el gusto y sin poder cerrar el ojo,mas un dolor insoportable de cabeza.
-vale,siga con el tratamiento de su medico de cabezera y vuelva en un mes.
Fin de la visita.
He recuperado el gusto el olfato la movilidad de mi cabeza pero no mi ojo y en la siguiente vista que duro menos que la otra me dio de alta.pandilla de pendejos,eso si, no se olvido de pasar la tarjeta que por eso duro mas la consulta,mejorate querido Julio.laura
Un beso.