NO a los políticos, NO a los que nos hablan de ellos.
Partamos de una experiencia que sin duda todos ustedes habrán experimentado. Han viajado al extranjero, han hecho un viaje turístico, han alquilado una casa rural en un pueblo perdido, han estado de camping en un rincón perdido, o sencillamente se han dado unas vacaciones. El período es lo de menos, 5 días, un mes, un fin de semana...basta que sea un lugar o que se dé una circunstancia que nos mantenga lejos medios de comunicación .Durante ese tiempo, no tienen oportunidad, ni ganas, de leer prensa, ver ninguna cadena de televisión , escuchar una emisora de radio, a no serque se trate de un caso de claro vicio y masoquismo, en absoluto recomendable.
En esos casos , es seguro que no echan de menos para nada las trifulcas políticas, se olvidan de las últimas peripecias de los ‘famosillos’ de turno, ni hasta se acuerdan de los partidos de fútbol, de los campeonatos del mundo de lo que sea y hasta del sudoku... En esas circunstancias, se siente una sensación de paz, de sosiego, de serenidad interior olvidada , que habíamos olvidado que existiera. Y es que estoy convencido de que los medios de comunicación son gravemente nocivos para la salud emocional de los españoles. Tanto “tú dijiste” , “yo dije”, “vosotros más”, “pues a mi ZP me parece...”, “¿los del PP qué quieren?”, “Proyecto de ‘ Paz’?, ¿De qué?”, “Farruquito se confiesa”, “Alcorcón sitiado”, “Ronaldo contra Capelo”, “Calderón contra todos”... Todo eso no puede ser bueno para el corazón , para los nervios, para el hígado, para los riñones. El sistema endocrino, el ‘exocrino’ y hasta el sistema decimal tienen que acusarlo.
No es por dar ideas a la Salgado, experta en prohibiciones de hamburguesas, tabaco , dietas y todo lo que pueda perjudicar el equilibrio biológico de los españoles, pero no estaría mal una campaña para la imposición de períodos de abstinencia mediática, durante los cuales estaría prohibido el leer la prensa, oír determinados programas de radio, y evitar ver casi todos los programas de televisión. ¿Se imaginan cómo cambiaría el humor de los ciudadanos de este país? No habría tantas broncas en los centros de trabajo, en los bares, sería casi una delicia viajar en el metro o en los autobuses municipales, reinaría una paz beatífica en los hogares. El sistema nervioso, el linfático, la tensión sanguínea, los dolores de cabeza, la necesidad de ayuda psiquiátrica, mejorarían notablemente.
No crean que hablo por hablar, a humo de pajas, sin ton ni son, es que lo he experimentado en mis propias carnes ‘tolendas’. Estos últimos días, por fas o por nefas, por esto o lo otro, me he abstenido de oír las tertulias radiofónicas, no he seguido la actualidad política y por supuesto no he visto la tele. Cuando hoy a la hora de comer me conecté de nuevo y vi la imagen del señor Ibarreche porque por lo visto iba a declarar ante no sé que juez , de no sé qué juzgado y que se paseaba triunfalmente entre besos, vivas, apretones de mano, con su santa esposa del bracete , orgullosa de su popular, perdón, nacionalista marido, comprendí que mi estancia en el paraíso había terminado que había expirado el pedacito de tranquilidad y de Felicidad beatífica que me había sido concedida como a todos los que se mantienen al margen de la vorágine de los mangoneos políticos. ¡¡Váyanse todos a la...!!
En esos casos , es seguro que no echan de menos para nada las trifulcas políticas, se olvidan de las últimas peripecias de los ‘famosillos’ de turno, ni hasta se acuerdan de los partidos de fútbol, de los campeonatos del mundo de lo que sea y hasta del sudoku... En esas circunstancias, se siente una sensación de paz, de sosiego, de serenidad interior olvidada , que habíamos olvidado que existiera. Y es que estoy convencido de que los medios de comunicación son gravemente nocivos para la salud emocional de los españoles. Tanto “tú dijiste” , “yo dije”, “vosotros más”, “pues a mi ZP me parece...”, “¿los del PP qué quieren?”, “Proyecto de ‘ Paz’?, ¿De qué?”, “Farruquito se confiesa”, “Alcorcón sitiado”, “Ronaldo contra Capelo”, “Calderón contra todos”... Todo eso no puede ser bueno para el corazón , para los nervios, para el hígado, para los riñones. El sistema endocrino, el ‘exocrino’ y hasta el sistema decimal tienen que acusarlo.
No es por dar ideas a la Salgado, experta en prohibiciones de hamburguesas, tabaco , dietas y todo lo que pueda perjudicar el equilibrio biológico de los españoles, pero no estaría mal una campaña para la imposición de períodos de abstinencia mediática, durante los cuales estaría prohibido el leer la prensa, oír determinados programas de radio, y evitar ver casi todos los programas de televisión. ¿Se imaginan cómo cambiaría el humor de los ciudadanos de este país? No habría tantas broncas en los centros de trabajo, en los bares, sería casi una delicia viajar en el metro o en los autobuses municipales, reinaría una paz beatífica en los hogares. El sistema nervioso, el linfático, la tensión sanguínea, los dolores de cabeza, la necesidad de ayuda psiquiátrica, mejorarían notablemente.
No crean que hablo por hablar, a humo de pajas, sin ton ni son, es que lo he experimentado en mis propias carnes ‘tolendas’. Estos últimos días, por fas o por nefas, por esto o lo otro, me he abstenido de oír las tertulias radiofónicas, no he seguido la actualidad política y por supuesto no he visto la tele. Cuando hoy a la hora de comer me conecté de nuevo y vi la imagen del señor Ibarreche porque por lo visto iba a declarar ante no sé que juez , de no sé qué juzgado y que se paseaba triunfalmente entre besos, vivas, apretones de mano, con su santa esposa del bracete , orgullosa de su popular, perdón, nacionalista marido, comprendí que mi estancia en el paraíso había terminado que había expirado el pedacito de tranquilidad y de Felicidad beatífica que me había sido concedida como a todos los que se mantienen al margen de la vorágine de los mangoneos políticos. ¡¡Váyanse todos a la...!!
- “Bienaventurados aquellos que hacen oídos sordos al graznido político, porque ellos alcanzarán la serenidad del ánimo” .
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