"Gajes" del oficio

No sé muy bien si a lo que me dedico, en lo que trabajo, sufro, gozo, me enfado, me alegro... es un oficio, una vocación, una profesión, o un mero empleo. Para decir verdad, es un poco de todo eso. La palabra oficio no me satisface mucho, sobre todo si me atengo a la acepción del RAE “ profesión de algún arte mecánica” y menos si hablamos de “oficio divino”, que bien humano es. Pero sí tiene que ver con lo de “ocupación habitual”, nada agobiante, añado yo. La palabra vocación, retumba en mis oídos como “inspiración con que Dios llama a algún estado”, y confieso que no he oído tal voz, aunque si haya sentido esa inclinación y sobre todo el gusto por descubrir algo junto a otros, sentir sus reacciones y sobre todo sus afectos. Esto es, sobre todo, lo que me gusta de mi trabajo, cada día es distinto, ninguna clase se parece a otra, aunque sea el mismo grupo. Ellos y yo podemos tener un estado de ánimo distinto, según la hora, según las clases que nos hayan precedido o las horas que vendrán después.

Lo de “gajes” lo he dicho en el sentido primitivo que tenía la palabra de “gratificación”, no en el del tono irónico que ha tomado la expresión “gajes del oficio”.
Hoy, por ejemplo, entre esos “gajes “ de mi oficio” he recibido una sonrisa de una chica a cruzarnos por el pasillo, unos “pónnosla otra vez”, “esta canción me la bajo”, después de haber escuchado una canción antiquísima, “Aline”, para revisar el passé composé. Quiere decir que ese “passé” también llega a la sensibilidad de estos quinceañeros. Estas pequeñas gratificaciones, sentir que no hay señales particulares de aburrimiento , aunque sea la última hora de clase, después de otras cinco u oír decir ayer a una señora que estudia canto y que debe pasar de la treintena . “esto nunca me lo habían enseñado”, simplemente porque había visto de manera gráfica que una vocal que se pronuncia o se canta es "un sonido que se pronuncia con la voz (voce), que no encuentra obstáculos".
Todos estos y muchos más, charlar con un compañero, solucionar un pequeño problema, recibir el agradecimiento de otro por dejarle un aula, son los “gajes” que aún me tienen atado a mi “oficio”, después de muchísimos años. No diré cuántos para que nadie se asuste.

Otro día hablaré de las cosas que no me gustan tanto. Aunque creo que son más las gratificantes

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Salut!!! Pour la première fois je rencontre un blog intéressant , j' ai bien profité la lecture, mes félicitations.
Je suis prof aussi et j'aime ce que je fais.
Bon courage et à bientôt
Mabel.-
Douce ha dicho que…
Écrire dans un blog, surtout si c'est "El rincón de un náufrago", c'est comme lancer une bouteille à la mer. On n'est jamais sûr que cette bouteille arrivera à destination, on ne sait pas si elle trouvera quelqu'un, assis sur le sable d'une plage lointaine.

Quand il reçoit un message comme le vôtre, le cœur du naufragé a chaud et se sent moins seul dans son île.

Merci pour votre message.

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