¡Con Dios!

Quédate con Dios – me dijiste-
Y me quedé más solo que la una,
o que uno mismo,
cuando se queda a solas con sus dudas...

..................................

O como escribía Carlos Salomón:

Y mi riqueza es ésta:
unos cuantos segundos
de amor y unas razones
de eternidad que aduzco.

Comentarios

Entradas populares