Después del sabor a ‘adulto’ adulterado por tanto adúltero, Obama, Osama, Hosanna, el Náufrago ha tratado de reencontrar la felicidad de la infancia. Entonces creía en Dumbo, en el Pato Donald, en el Gordo y el Flaco. Se lo creía todo, no veía el mal aunque se lo hicieran y Disneylandia era su paraíso.
Hoy, que intentan liquidar también a aquel niño contándole ‘historias’ para no dormir, alguien le ha regalado un trozo de infancia.Querido Oliver Hardy, Gordo tierno, Stan Laurel, simpático ingenuo perdedor, devolvedme, aunque sólo sea por unos minutos, lo que otros quieren robarnos.
Comentarios
Siempre me hacen sentir bien.
Besos