Charlando con Dios

Image hosted by Photobucket.com


Hace tiempo que tenía ganas de hablar contigo, ¡pero estás todo el tiempo tan ocupado! Si te digo la verdad, no te veía, por mucho que se hable de ti, nadie sabe dónde encontrarte. Hay muchísima gente que habla de ti, unos para ponerte como..., bueno como tu mismo, y otros echando pestes, por cómo has hecho el mundo, o por cómo les han enseñado que eres, y van por ahí despotricando. Que digo yo, que si no creen en ti, por qué echan pestes. Más tarde te diré si yo creo en ti, aunque en cualquier caso, poco puede importarte lo que yo opine. De todos modos algo tengo que creer, porque entonces no sé qué pinto yo hablándote. (Bueno, si sé lo que hago al dirigirme a ti, existas o no)

Mira, ésa es una de las cosas que no me gusta de ti, que no contestes cuando te hablamos. Al menos a mí, no me has hablado nunca. Ya sé que hay gente , y la creo, que afirma que les hablas, que se llevan muy bien contigo, que les consuelas en sus penas y cuentan cosas maravillosas de ti. Son unos afortunados.

A mi me hablaron muchísimo de ti, sobre todo de pequeño, también de adolescente, y un poquito más tarde. Pero no debieron hacerlo muy bien porque me hice una idea bastante antipática y severa de ti. Para empezar, no sabía qué rostro ponerte, porque me enseñaban “fotos” tuyas , donde aparecías como un anciano venerable, con barba blanca, de gesto, si no adusto, al menos bastante grave. Y esa imagen a mí me dio miedo. Sí, te tenía más miedo y respeto que otra cosa, porque me habían dicho que estabas sobre todo para mandar, diez mandamientos, creo. Eran diez , pero abarcaban toda la gama de actos humanos. Y eso, permíteme que te lo diga , me parece un poco demasiada exigencia, habiéndonos hecho como nos has hecho a la mayoría, frágiles, algo desvalidos, sin la fuerza suficiente para cumplir todos esos deberes. Por poner un ejemplo, el de siempre ya sé, el sexto :” No fornicarás” , ¡joder! (perdón), ya he dicho una palabrota. Si hablo de ese mandamiento, es porque es en el que más insistían los que me hablaban de ti, en tu nombre (“ Y dijo Dios..”)

Para empezar, ya la palabrita se las trae. Luego te explicaban lo que significaba y era la leche las cosas que entraban en el j... ,perdón, dichoso mandamiento. Eso significaba que no podías mirar las tetas, perdón los pechos de las mujeres, sobre todo si estaban bien puestos. O sea, que nos has creado con unos instintos (básicos) y luego está prohibido dejarse llevar por ellos, tenemos que controlarlos, no podemos consentir que eso nos produzca una sensación agradable... la cantidad de veces que me he sentido “pecando” porque eso me gusta. Y además ,resulta, que se puede pecar sólo con pensarlo, no hablo ya si te da por tocar u otras cosas. Sabes perfectamente, porque tú sabes todas las cosas, los cacaos mentales que me traje, durante casi dos años, por si era pecado o no, el haber sentido cierto gusto al rozar la mejilla de un rostro que miraba a la vez conmigo un cuadro, en no sé qué museo. ¡Dos años jodido, (perdón , de nuevo) devanándome los sesos si eso era o no un pecado contra ese sexto mandamientos de los c....consabidos preceptos!. Mira, yo tengo un amigo que está sufriendo durante dos años por una chorrada como esa y le digo. “Escúchame, tío, no te comas el tarro por una chorrada como ésa”. Yo no puedo consentir, que un amigo mío se pase esos sofocos, por una cosa que yo he dicho que hay que hacer de tal o tal modo. Y voy y retiro inmediatamente de la circulación esa cosa que he escrito, encima en unas tablas de piedra, si sirve para hacerle pasar esos malos ratos.

Y así te podría contar mil casos que me han sucedido a mí, no te cuento de muchos otros que sé que lo han pasado mal tratando de obedecer tus mandamientos. Podrías haberlos llamado “sugerencias”, “deseos”, pero no “Mandamientos”. Conmigo podías haber tenido esa deferencia, al menos como amigo, porque ya sabes lo fino que yo hilo en todas esas cosas de los deberes. Menos mal que un amigo tuyo, sí, Agustín, el de Hipona, presentó en alguna ocasión una versión resumida que me parece más aceptable, cuando dicen que dijo: “ Ama, y haz lo que quieras” ¿Ves? , tíos así, te dan un poco más de confianza. Con un buen grupo de amigos como éste, seguro que tenías más adeptos, aunque sólo sea por la confianza en ti que supone que te digan algo así.

Pero es que te has echado cada colega, que no hacen más que asustar al personal, que si el fuego eterno, los diablos , las tentaciones, los pecados, prohibido, más pecados, culpa, condenación eterna... ¡Vaya repertorio! No me parecen maneras de hacer clientela así, y menos lograr amigos y adeptos a la causa. No me extrañe que la gente se despendole y ande como anda, de “Salsa rosa “ a “Tómbola” ( si es que sigue existiendo), o a “ ¿Dónde estás corazón?”. Eso digo yo,”¿ por dónde andas?” Y ni te cuento de los que se dedican a estafar, a hacer guerras para liquidarse a la gente, explotar al personal aprovechándose de su precaria situación... y muchas cosas más, que tú sabes mejor que yo, porque para eso eres omnisciente.

Lo que pasa es que nos tienes a todos intrigados, porque quitando algunos, pongamos muchos, que dicen que existes, que eres buena persona (me refiero en el lenguaje nuestro, de los humanos), que nos amas como un padre, que por eso haces que las pasemos un poco canutas , para ganarnos ese cielo que tienes reservado a tus amigos, hay muchos otros que tienen sus dudas de que existas o afirman categóricamente que no existes, que nadie que ellos conozcan, te ha visto, que nunca dices ni palabra. Y eso debes reconocerlo, no dices nada. Y ya ves la que hay montada: medio mundo matándose, miles de millones malviviendo o muriéndose de hambre, tsunamis, accidentes... Unos pocos que viven bien a costa del resto. Unos que gozan de libertad para todo, mientras otros u otras, no pueden ni siquiera enseñar la cara, porque se les niegan esas libertades en nombre tuyo, o bajo distintos nombres: Allah, Jehová o Yahvév, Dios...

Tengo sin embargo a un amigo al que le gustabas , a pesar de todo. ¿Te acuerdas de él? Se llamaba Jaime, se apellidaba Sabines. Te dedicó un poema que a mi me parece cariñoso, donde te canta muy finamente las cuarenta. ¿Te acuerdas de lo que escribió sobre ti?

“Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos....”

Bueno , Dios, por hoy ya creo que basta. Ya sé que he sido poco amable contigo, pero ya basta de charla, otro día hablaremos de cosas algo más amables. Lo de “hablar” es un decir, porque esto ha sido más un monólogo que otra cosa. Tú nunca dices nada.

Que Dios bendiga a Dios

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Mira que si le da por contestarte!

Si, creo que se merece lo que le has dicho y algunas cosas más.
Roberto Iza Valdés ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

Entradas populares