Un extraterrestre en el gimnasio.

"MENS SANA IN CORPORE INSEPULTO" (Proverbio iraní)

Pues resulta que el día que le indicaron al Náufrago 'que se había acabado lo que se daba'. Bueno , no recuerda muy bien si dijeron “lo que se daba”, o “ o lo que daba” (clases). Quizá le dijeran las dos cosas , que después de más de cuarenta años 'ilustrando juveniles mentes', pasaba a mejor vida. Entonces, como estaba acostumbrando a hacer siempre lo mismo preguntó, perplejo: “ ¿Y ahora qué hago? Y aquel Ser impalpable le respondió: “NADA”.

Como andaba un poco mal del supraespinoso, del subscapular, el acromion y no sé cuantas cosas más, se fue al traumatólogo que le dijo todas esas cosas y él le preguntó. "¿Y qué tengo qué hacer ?" Y el 'trauma' , muy serio contestó: “NADA”.

Como todo el mundo le indicaba que tenía que 'NADAR', se apuntó a un gimnasio que goza de una hermosa piscina, entre otros espacios y ¡hala!, todos los días coge el petate y 'nada que te nada'. O sea que se atraviesa la piscina de arriba abajo varias veces. Ha descubierto, aunque ya lo sabía, que lo suyo en la vida es 'NADA',quiere decir , nadar y guardar la ropa en la bolsa cuando termina.Es también normal que un Náufrago se especialice en eso de la 'natación', por si cualquier día tiene que cambiar de isla.

Durante mucho tiempo, y dado la orden recibida: “NADA” el Náufrago no hacía más que nadar. Se encontraba como pez dentro del agua, menos cuando una tromba de niños – la piscina está dentro del recinto de un Colegio de PP. Escolapios - bajan y arman un griterío que hasta las tranquilas olas de la piscina se encabritan. A él le parece muy bien que estos niños y niñas, empiecen a veces la mañana nadando, jugando al waterpolo y chillando como locos. Es una buena manera de empezar la jornada escolar. En tiempos del Náufrago no se disponía de estas cosas, y el único ejercicio que hacían eran unas aburridisímas tablas de gimnasia que llamaban sueca y que consistía en cosas como : “uno, inspirar.... dos ¡flexiónnn!” y cosas de ésas. Y después de la tabla, dar 'vueltas al campo'. El 'campo' era una inmenso patio que antes había sido una fábrica de cerámica.

Bueno, no nos distraigamos. Habíamos dejando al Náufrago...'nadando'. Pero un buen día , como es algo 'cortado', todavía no se había atrevido a hacer otra cosa que 'nada que te nada'. Pero vio una puerta de cristal y madera donde ponía “Sauna”. Como muchacho de post guerra, hijo de familia numerosa, clase media baja, nunca había tenido acceso a estos adelantos. Así que tímidamente entró, observó a los otros 'saunantes', y allí estuvo 'saunándose' algunos minutos. Total que satisfecho de su hazaña, perfectamente 'saunado', se pegó una ducha y pensó que valía también para otras cosas, aparte de NADA.

Transcurrieron días, incluso meses , hasta que decidió salir aún más de la NADA. Habló con una simpática joven que al parecer era 'monitora de fitness' o algo así, y le mostró todos los aparatos de los que disponía... en el gimnasio. Le indicó cómo funcionaban. Probó varios... y aunque un poco cortado juzgó que era bueno. La chica le dijo “Vuelve cuando quieras”, y el Náufrago se sintió todavía mejor y más a gusto. También descubriría , días más tarde que había otra cabina que indicaba"Baño turco”. Queda dicho que el Náufrago no había visitado un sitio de ésos, ni siquiera cuando participó en la Batalla de Lepanto y alrededores...

En resumen, que del 'nada, nada', está pasando casi al todo, todo. Así que esta mañana como había leído “aujourd'hui vous vous sentirez bien dans votre peau”, decidió probarlo TODO. Subió a la planta de arriba y mientras Maite, la monitora, en la sala contigua ponía una música y un grupo de señoras, jóvenes y maduras, se subían y bajaban a una especie de escalera, el Náufrago daba pedales en una bicicleta que no avanzaba nada pero con un panel de bordo, que indicaba un montón de cosas. El Náufrago le daba a los pedales y de vez en cuando echaba una ojeada a ver el 'nivel de dificultad' , las 'rpm' y otras cosas de la pantalla del vecino, un señor de unos treinta años, por ver si es que le sacaba muchos 'kilómetros' en esa carrera parada...

Luego se subió a una especie de alfombra que , accionados una serie de botones,indicaba velocidades, tiempos, 'subidas' y 'bajadas' y él dale que dale a las piernas cada vez más deprisa sin 'avanzar' nada. No se veía el borde la carretera, los pueblos por donde pasabas, no se sentía el aire en la cara... Tampoco sabías si ibas en el pelotón de cabeza o cerca del coche 'escoba'. La única referencia 'óptica' eran tres pantallas de televisión con partidos de tenis, de baloncesto o de fútbol y otra con bustos parlantes a los que no oías nada. O sea que la desorientación del Náufrago era total. Ignoraba si estaba caminando por un estudio de televisión, se hallaba en las gradas de un estadio, o asistiendo a un partido de tenis viendo jugar a la Amélie Maresmo...

Como vio que , a pesar de correr o dar pedales, no se movía del sitio, decidió volver a la piscina. ¡Uhmmmm! Eso ya era otra cosa. De nuevo se sentía como pez en el agua. Le encantaba sentirse envuelto en el seno materno del agua. Además, sin la chiquillería... ¡Qué gozada!. Y ya, como fin de fiesta , por eso de 'manzana in corpore insepulto' se metió primero en el 'Turco'... Entró con las manos por delante porque entre aquel vaho y humedad no se veía nada. El Náufrago no sabía si iba a toparse con un turco o meterse en una cama turca.

Luego ya todo resultó un poco más claro, tendió la toalla sobre aquellos escalones de cerámica , sin turcos ni turcas y empezó a soñar entre el vapor del agua.

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