Cécilia o el coraje de vivir
El periódico francés “L’Est Républicain” ofrece en exclusiva una entrevista realizada a Cécilia Sarkozy - o Cécilia Ciganer-Albeniz actualmente, lleva en su nombre y en su sangre aires de rebeldía e independencia. A las preguntas del periodista Yves Derai, cuenta con claridad lo que ha guardado en silencio durante estos dos últimos años. Se siente en deuda con sus conciudadanos y consigo misma: “Je pense que je dois expliquer les raisons de mon choix aux Français”.
Si las resumiéramos quedarían más o menos así:
Trabajó al lado del que fue su marido, pero « yo no he sido elegida y no tenía ninguna gana de ser elegida. Es una de las razones por las cuales no era mi sitio”, insiste en este punto que parece ser una de los motivos por los que ha puesto fin a un ciclo de su vida.
La crisis no se produce de la noche a la mañana. Comenta las diferentes ausencias en las diferentes ceremonias oficiales, trata de explicar ‘que hay momentos de la vida que uno se siente mejor que en otros, son crisis que pueden ocurrir a cualquiera’, pero una de las paradojas de su posición que ella rechaza es “esa obligación de tener que aclarar el hecho de que necesito vivir tranquilamente, oculta”
Ni una queja para quien ha dejado: “Pienso que Francia lo merece y que él merece esta Francia. Me siento orgullosa y feliz por él”. Sobre el papel que ella haya podido jugar se limita a decir que ha sido para él una especie de corta fuegos, pero que él no necesita cierto tipo de ‘consejos’. “Tengo una mirada más fresca y más exterior de las cosas” que la que puede dar la política, porque nunca le ha interesado ni esperaba nada a cambio.
Con la misma sinceridad reconoce que “en 2005 encontró a alguien. Me enamoré y me marché. Quizá precipitadamente dado el contexto mediático en que vivía en aquella época. Quise comportarme correctamente y regresar para tratar de reconstruir algo, volver a los principios a los que estoy acostumbrada, en los que he sido educada”
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Fuente: "L'Est Républicain"
Si las resumiéramos quedarían más o menos así:
- “Ése no era mi sitio. Ya no lo era.”
Trabajó al lado del que fue su marido, pero « yo no he sido elegida y no tenía ninguna gana de ser elegida. Es una de las razones por las cuales no era mi sitio”, insiste en este punto que parece ser una de los motivos por los que ha puesto fin a un ciclo de su vida.
- Puede llegar un momento en que “La vida de pareja ha dejado de ser lo esencial de vuestra vida”
- “Hemos probado todo, todo. Pero, sencillamente, ya no era posible”
La crisis no se produce de la noche a la mañana. Comenta las diferentes ausencias en las diferentes ceremonias oficiales, trata de explicar ‘que hay momentos de la vida que uno se siente mejor que en otros, son crisis que pueden ocurrir a cualquiera’, pero una de las paradojas de su posición que ella rechaza es “esa obligación de tener que aclarar el hecho de que necesito vivir tranquilamente, oculta”
- “El enigma Cécilia” no exite
- “Hago las cosas sin pensar en las consecuencia mediáticas”
- Propósitos: “Voy a concentrarme en mi familia. Después me proyectaré en el futuro”
- Cécilia y los ‘otros’ .- “ Nicolas es un hombre de Estado”
Ni una queja para quien ha dejado: “Pienso que Francia lo merece y que él merece esta Francia. Me siento orgullosa y feliz por él”. Sobre el papel que ella haya podido jugar se limita a decir que ha sido para él una especie de corta fuegos, pero que él no necesita cierto tipo de ‘consejos’. “Tengo una mirada más fresca y más exterior de las cosas” que la que puede dar la política, porque nunca le ha interesado ni esperaba nada a cambio.
Con la misma sinceridad reconoce que “en 2005 encontró a alguien. Me enamoré y me marché. Quizá precipitadamente dado el contexto mediático en que vivía en aquella época. Quise comportarme correctamente y regresar para tratar de reconstruir algo, volver a los principios a los que estoy acostumbrada, en los que he sido educada”
- Reflexiones finales
- Hasta aquí unas declaraciones sinceras, sensatas. Nadie más que ella tiene derecho a juzgarlas.
- ¿Se imaginan qué hubieran hecho aquí esos buitres de los hígados, los corazones y las vísceras, con plato tan suculento para sus afilados dientes?
- Tomen nota las ‘feministas de cuota’ de cómo se puede ser mujer, mujer, y no perecer en el intento. No hacen falta proclamas. Lo importante son los hechos
- El Náufrago no puede decir más que: “Cécilia, chapeau!”
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Fuente: "L'Est Républicain"
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